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600 LA PROVINCIA DE FF. MM. CAPUCHINOS DE CASTILLA Valle la compuso con la mira de que fuese distribuida tanto por él como por los otros misioneros entre los fieles, como valioso recuerdo de la misión y que les sirviese de devocionario para toda la vida. En esta última obra anuncia el librito: Métrico dispertador, cuyo con­ tenido debía ser muy parecido y que ciertamente dio posteriormente a la imprenta, aunque no hemos logrado ver ejemplar alguno, como tampoco de otro que tituló: Pensil y que, a juzgar por referencias, versaba sobre materias ascético-místicas. Finalmente, compuso en solos diez días y estando enfermo, un estudio muy útil a obispos y confesores, por encargo justamente de su amigo el obispo de Plasencia D. Pedro Gómez de la Torre: Sobre el cómplice y el ayuno: explicación compendiosa y canónico-moral de las bulas expe­ didas por N. S. P. Benedicto X I V (32). Va dividida en dos partes, explicando en cada una los dos enunciados temas; mereció grandes elo­ gios de parte de los censores ajenos a la Orden. Además, tenía compuesta y preparada otra obra con el título de: Elucidario católico: doctrinas misionales para la praxi del apostólico ejercicio y utilidad de todo cristiano, que aun no había salido a luz en 1755, esperando para hacerlo la generosidad de algún bienhechor. Quizás haga referencia a lo que el mismo P. Valle escribe, prometiendo, además de los tres tomos de Epinicio evangélico, otros seis en latín; 2, de pane­ gíricos; 2, de sermones panegírico-morales, y 2, de sermones morales o cuadragesimales (33). Ante lo expuesto bien merece el P. Valle ser parangonado con el Padre Jaén como sabio y trabajador incansable, como fervorosísimo misionero e igualmente como escritor. A propósito de esto último copia­ mos las palabras de un franciscano que le trató y conoció a fondo: «Tiene muchas cualidades el P. Fidel en los libros que ha dado al público, tanto en el modo y dulzura con que en su Métrico dispertador y Arpón místico atrae a los pecadores a penitencia, enseñándoles, después de ya arrepen­ tidos, a practicar las virtudes heroicas en aquella bien patente escala y mística amenidad de su Pensil, entre cuyas floridas hojas se oculta, como asimismo aquella viva eficacia con que en su Epinicio evangélico, o fuego disparado contra los endurecidos corazones, excita a éstos y como que impele a dejar el pecado, deseoso siempre este Reverendísimo, así en su escribir como en su predicar, de atraer a todos al camino verda­ dero» (34). 3.— A los dos mencionados misioneros debiéramos agregar todos aquellos, pudiera decirse sin excepción, que formaron parte del Colegio Esa edición de 1758 es ya la cuarta, habiendo aparecido la primera, según indica «al lector», cinco años antes. (32) Se imprimió en Salamanca, 1759: 18 hjs. + XXII-129 pp. Se publicó de nuevo en Murcia, 1761. (33) Epinicio evangélico, I, f. 2v. (34) Carta del franciscano P. Ramón Contreras, en Cómplice y el ayuno, Sala­ manca, 1759, f. 34.

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