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OTROS PREDICADORES DE FAMA 591 de Ministro General de la Orden (51). Es una oración de compromiso, de circunstancias, pero al mismo tiempo bien hecha y práctica en todo el conjunto. Conocemos asimismo otros dos sermones suyos: uno del Buen Ladrón, predicado a lo que parece, en la Capilla Real y en presencia de Fer­ nando VII (52), y otro de la Soledad (53). Ambas composiciones, buenas y cuidadosamente redactadas, nos demuestran que el P. Lino de Canta- lapiedra no era orador de medianía y que ponía esmerado empeño en hacer sus sermones. Por eso no es de extrañar que, al morir el P. Mariano de Naraval, capuchino y predicador del rey, el Patriarca fijara en él sus ojos para proponerle ocupar su lugar (13 diciembre 1830), alegando, entre otros méritos, ser «de brillante carrera literaria, mereciendo por ella haber obtenido los destinos de Lector, Guardián, Secretario general y Provin­ cial de Castilla». El rey dio su aprobación el 17 de enero de 1831 (54). Después de la exclaustración el P. Lino continuó en Madrid. Una real orden (28 septiembre 1847) le concedía el nombramiento de predicador supernumerario con los gajes de 3.000 reales al año. Y en la corte, viviendo en la casa del duque de Medinaceli, siguió hasta el final de sus días, falleciendo el 28 de febrero de 1853 (55). Además, en 1818 había impreso una novena en honor de la Virgen de la Misericordia, cuya imagen se veneraba en su villa natal (56). Y cerramos este cuadro de predicadores con el nombre del P. Fermín de Alcaraz, nacido en 1784, quien tomó el hábito capuchino en Alcalá de Henares en 1802 y se ordenó en 1809. Se le nombró Vicario de Naval- moral (1818), Guardián de Cubas (1824) y de Toledo (1825), Custodio y Secretario provincial (1827-29). Después de la exclaustración fue desig­ nado Comisario Apostólico de todos los Capuchinos españoles en 1838, y más tarde obispo de Cuenca. No damos pormenores de su vida ni hacemos hincapié en otros méritos suyos: ocuparán un extenso capítulo en el tercer tomo de esta historia (57). Sólo hacemos resaltar aquí su predicación hasta la exclaustración de 1836. (51) Sermón en la solemne función de acción de gracias y toma de pose­ sión del Excmo. y Rmo. P. Fr. Francisco de Solchaga, Predicador de S. M. y Ministro General de todo el Orden de Menores Capuchinos, Madrid, 1818: 20 páginas. (52) Lo predicó en 1832; comienza: «S eñ or...», palabra que repite varias veces más a lo largo del sermón; se conserva ms. en APC, ms. 119/1: 10 pp. (53) También lo predicó en 1832, pero no en la capilla real; lo reformó en 1848; se conserva también manuscrito en APC , ms. 119/1: 12 pp. (54) Arch. del Palacio Nacional de Madrid, Predicadores del rey de nú­ mero, C-16. (55) Ibid. (56) Novena de María Santísima, Reina y Madre de Misericordia, con cuyo título se venera en la villa de Cantalapiedra en su ermita extramuros de la po­ blación, Valladolid, 1818: 124 pp. (57) Necrologio, 300; T r ifó n M uñoz y S o l iv a , Historia de la ciudad de Cuen­ ca y del territorio de su provincia y obispado, Cuenca, 1866-67.

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