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586 LA PROVINCIA DE FF. MM. CAPUCHINOS DE CASTILLA Se distinguió, y esa es la razón de presentarlo aquí, como buen pre­ dicador, aunque, a decir verdad, sólo tenemos de él dos sermones impre­ sos, por cierto que uno de ellos hizo bastante ruido. Estando en Madrid y residiendo en La Paciencia, predicó en las Concepcionistas Franciscanas, llamando mucho la atención; el sermón fue tachado, en concepto de alguno, «de sedicioso y sacrilego». Como consecuencia y por mandato del Conde de Aranda salió desterrado de Madrid el 4 de diciembre de 1767 al convento de Navalmoral (25). Sin arredrarse por nada y deseoso de continuar el ministerio del pulpito, dirigió en seguida al arzobispo de Toledo una petición, en que, alegando sus títulos de Ex-Lector de teología, Calificador de la Suprema Inquisición y el de misionero, dado por el P. General, y manifestando tenía en aquel arzobispado licencias de predicar y confesar, le pedía permiso para dar misiones, lo que le fue concedido con fecha 15 de enero de 1768 y renovado un año des­ pués (26). En dicho convento de Navalmoral continuó hasta el mes de julio de 1771 en que el Consejo de Castilla le levantó el destierro, volviendo a La Paciencia (27). Pero, según se dice en 1778 en carta dirigida a Cam- pomanes, se le permitió regresar a la corte en atención a los muchos compromisos de predicación que tenía (28). Y en Madrid continuó las tareas del púlpito; de su oratoria dejó además, como muestra concreta, otro sermón predicado en la iglesia de PP. Trinitarios Descalzos de la cor­ te, en las solemnes fiestas celebradas con motivo de la beatificación de San Miguel de los Santos, y que se imprimió (29). Bien examinada esta composición, nos ha parecido un digno y excelente sermón, sin los defec­ tos de que aun adolecían los oradores sagrados de entonces. Pero algunos vieron en él más de dos cosas censurables, por lo que de nuevo inter­ vino el Consejo de Castilla, puesto que de orden del rey se había mandado recoger los ejemplares impresos, que por cierto llevan la aprobación del Vicario eclesiástico por no haber encontrado en él nada digno de re­ proche (30). Pero el P. Alcabón ha dejado también otros escritos, aunque llevan, sin que sepamos la causa, su nombre de siglo. Es, en primer término, una Respuesta a la Carta del Turco que tradujo y dio al público el Pensador (25) VA , 428. (26) Petición del P. Alcabón y licencias dadas el 15 de enero de 1768 (Archi­ vo D ioc. de Toledo, Registro, nn. 144 y 262). (27) VA , 468. (28) Carta a D. Pedro Rodríguez Campomanes, Aranjuez, 26 abril 1778 (AGS, Gracia y Justicia, 644). (29) Sermón panegírico que en las fiestas solemnes que celebró la Comuni­ dad de RR. PP. Trinitarios Descalzos de esta corte, a la beatificación del extá­ tico Miguel de los Santos, predicó el día cinco de julio de este presente año el.... Madrid, 1779: 23 pp. (AHN , Consejos, leg. 5544). Aquí se encuentran dos ejem­ plares impresos y el manuscrito original. (30) Fueron muchos los papeles cruzados con tal motivo, que pueden verse en AGS, Gracia y Justicia, leg. 644.

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