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OTROS PREDICADORES DE FAMA 585 la luz primera en enero de 1701, siendo bautizado el 11 con el nombre de Francisco Gil de Jaz, según ya dijimos anteriormente al tratar de su provincialato, donde igualmente se dieron otras noticias de su vida. En los comienzos de enero de 1736 él mismo solicitó el título de predi­ cador del rey, lo que es indicio de que sus cualidades oratorias eran públicas y notorias. El Patriarca, al presentar tal solicitud y apoyarla con el informe oportuno (29 enero 1736), pidió se le concediese tal gracia por concurrir en él en grado eminente las circunstancias que se requieren, haciendo constar al propio tiempo que «era buen orador». Por eso mismo fue agraciado con dicho título en julio del expresado año, según carta del Patriarca (22 julio 1736) (19). Siendo poco después Guardián de Toledo (1737-38) se le hacía merced de Calificador de la Inquisición de aquella ciudad (20), pasando a serlo luego de la Suprema antes de abril de 1739 (21). No obstante lo expuesto, hay que reconocer que el P. Sangüesa debió ser en su predicación conceptista y gerundiano, a juzgar por ciertos escri­ tos suyos (22). Eran aquellos años difíciles para que los predicadores pudieran verse libres de tales defectos. Por otra parte sólo tenemos para juzgar de su oratoria el único sermón impreso que dejó, en el que tam­ bién se muestra gerundiano aunque no con exageración, quizás porque las circunstancias pedían otra cosa, lo repugnaban. Es el sermón decla­ mado en las honras fúnebres que la provincia de Castilla dedicó a la memoria del P. Colindres en el convento de San Antonio del Prado (23). También se da como suyo e impreso un sermón en honor del Beato Bernardo de Ofida, pero no hemos visto ejemplar alguno ni tampoco com­ probado si realmente se imprimió. 3.— Un poco posterior en el desarrollo de las actividades apostólicas fue el P. Fidel de Alcabón; su nombre en el siglo fue el de Sebastián López de Sandoval y Escobar. Tomó el hábito en 1734 y se ordenó en diciembre de 1741; fue Maestro de estudiantes y Lector (1746-1753), así como Guardián de Esquivias (1756) y Custodio de provincia (1762, 1770, 1774). Al marchar al Capítulo general de 1775 el P. Provincial Fidel de Santurce, el 13 de diciembre de 1774, dejó como Vicario al Padre Alcabón, quien ostentaba ya, al menos desde 1767, el título de Calificador de la Suprema Inquisición (24). (19) Arch. del Palacio Nacional de Madrid, Predicadores de número, S-29. Aquí se encuentran también las dos cartas del Patriarca. (20) AHN , Inquisición de Toledo, leg. 455, n. 2.683. (21) V A , 232. (22) Entre otros, la aprobación dada, 24 diciembre 1745, estando conven­ tual en La Paciencia, al sermón del P. P ablo F id el de B urgos , La profecía en el templo y la dicha en el teatro, Madrid, 1746. (23) Parentación luctuosa que en las honras que en diez de noviembre de 1766 consagró la Provincia de Castilla... a la feliz y piadosa memoriadel Rmo. P. Fray Pablo de Colindres, Madrid, 1767; 4 hjs. + 48 pp. (24) Necrología, 211; Arch. D ioc. de Toledo, Registro, n. 212.

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