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582 LA PROVINCIA DE FF. MM. CAPUCHINOS DE CASTILLA como tampoco las fechas de toma de hábito y ordenación. Sabemos en cambio que el año 1692 fue nombrado Guardián del importante convento de Alcalá, que era juntamente noviciado, y que posteriormente estuvo de Lector de Artes en el convento de San Antonio (1695) y a continuación de teología en el de Toledo (1698), prosiguiendo en la enseñanza hasta mediados de 1702. Casi veinte años después, en 1720, fue nombrado Guardián de San Antonio del Prado y en 1721 elegido Definidor pro­ vincial (3). Ni siquiera podemos señalar el año de su fallecimiento, supo­ niendo haya tenido lugar después de 1727, en que dio a la estampa su última obra, que lleva por título: Histórico sacro poema... Vida y mila­ gros de Santa Casilda virgen, reina de Toledo, Madrid, 1727. Tiene el mérito de estar compuesta toda ella en octavas reales y es la única escrita en verso por los Capuchinos castellanos. Pero el P. Reinosa se distinguió sobre todo como predicador. Ya estando en Alcalá pronunció en ocasión solemne un sermón fúnebre que se imprimió luego: Oración panegírica en las exequias del Excmo. Sr. Du­ que del Infantado (4). Y, como solía suceder casi siempre, también fue tan excelente misionero como predicador. Así en 1697 lo encontramos dando misiones en Madrid durante toda la cuaresma, en compañía de los PP. Agustín de Liébana y Bernardino de Madrid, éste predicador del rey (5). Prueba de que era tenido por buen orador es que, al celebrarse en Toledo solemnes funerales por Carlos II, a encargo de su esposa doña Mariana de Neoburg, fue escogido el P. Reinosa para predicar la oración fúnebre (6). Poco después, al cesar como Lector de teología en 1702, debió dedicarse de lleno a la predicación. No tenemos sin embargo de él otras producciones, fuera de las indicadas, que dos sermones suyos que se imprimieron y que predicó: uno en la toma de hábito y otro en la profesión de la marquesa de Canales en las Cistercienses Descalzas de Valladolid (7). Se le aprecia ya en estas piezas oratorias un tanto (3) ED, 105s.; Necrologio, 41. (4) Según B o lon ia , Bibliotheca, 212, se imprimió en Alcalá, 1692; no hemos visto ejemplar alguno ni tampoco lo pone J uan C ata lin a G a r cía , Ensayo de una Tipografía complutense, Madrid 1889. (5) A rchivo D ioc. de Toledo, Registro del Card. Portocarrero (1676-1698), n. 342, f. 39v. ( 6 ) Le puso por título: Reales enternecidos ecos, ayes y suspiros de la augus­ tísima y soberana viuda reina de las Españas, la señora D.‘ Mariana de Neoburg..., recopilados en este sacro, real, panegírico epicedio, que en las solemnísimas exe­ quias que celebró Su Majestad a su difunto esposo el Rey N. S. Don Carlos II..., con asistencia de la Imperial Ciudad de Toledo, el 4 de noviembre de 1701, en el Real Convento de PP. Capuchinos de la misma ciudad..., T oledo, 1701. Por acusaciones recibidas, el rey, por medio del Consejo de Castilla, le des­ terró fuera de Toledo, marchando al convento de Laguardia el 27 de noviembre de 1701. Pero el Cronista añade se creyó era por dicho sermón, mas «n o hallan­ do en él cosa reparable, se supone fue por falsos informes» (VA , 69). (7) Del primero no conocemos el título exacto. El P. B olon ia , 212, lo consigna así: Oración de la Natividad de la Virgen María en la toma de hábito de la marquesa de Canales, Valladolid, 1718; el segundo lleva éste: Epitalamio eucarístico en el místico y espiritual desposorio que con la Augustísima Ma-

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