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5 7 4 LA PROVINCIA DE FF. MM. CAPUCHINOS DE CASTILLA ponde al instituto y seriedad de un capuchino, sin la sal del chiste, sin la gracia del cuentecillo, sin la agudeza de la sátira y sin la destreza con que hilvana el autor de esta «historia» tanto montón de disparates, que discurro no se podrá inventar mejor específico para que se ría un melan cólico, y así, luego que el referido P. Marquina tomó el libro, dijo en alta voz: « ¡Dios quiera que no sea como el otro que, poniendo la locura en el pulpito, puso su ignorancia, falsedad y atrevimiento reprensible en la crítica que da a dos predicadores del número! Dios quiera que por medio de extraordinario rumbo cese la abominación que se ha manifes tado en los púlpitos de nuestro reino, y arraigándose en el templo santo, según la profecía de Daniel, que es la desolación fatal con que nos ame naza el Señor: Cum videritis abominationem desolationis, etc. Y así, para que este libro no pierda el fruto que esperamos, ni yo carezca de tener tan buen compañero en mis deseos, me enteraré de todo su contexto, y pondré los reparos» (41). Eso parece probarnos que el autor de los Reparos no fue otro que el mismísimo P. Marquina, contra quien el P. Isla atacó luego y zahiere terrible y machaconamente en muy diversos escritos y cartas, cuya pater nidad no es fácil descubrir a veces. Lo cierto es que, entre el jesuíta y el capuchino, se suscitó una estruendosa polémica, cruzándose entre ambos abundantes papeles de muy diverso contenido, manuscritos unos, impre sos otros, con nombre verdadero o falso. A esos se añadieron otros, procedentes de religiosos o seglares, defensores de la obra del P. Isla o impugnadores de la misma. De tal modo que, al registrar los catálogos de cualquier biblioteca de mediana importancia, es difícil no topar con cartas manuscritas o papeles raros, cuya paternidad se da por descon tada, atribuyéndose al P. Isla o al P. Marquina (42). Este no sólo debió poner a la obra del jesuita aquellos Reparos que salieron a nombre de un penitente del capuchino, sino otros varios. Así parece deducirse de otro papel anónimo: Caria de un académico a uno de sus amigos sobre las impugnaciones a la Historia de Fray Gerundio, y en particular sobre las del P. Fr. Matías de Margina, religioso capu chino (43). Aquí se afirma que el libro del P. Isla había tenido muchos impugnadores pero los dictámenes más famosos «se hallan artificiosa mente recogidos por el R. P. Fr. Matías de Marquina, religioso capuchino y conventual en el de San Antonio del Prado de esta corte, con un papel que se distribuyó manuscrito y después impreso sin licencias». Expone ( 41 ) M on lau , 262 . (42) Así en la BN. hay varias cartas y papeles en los mss. 649 al 654, 10.705 al 10.709, 10.954, 10.799, 18.030, 18.035, 18.577/3, 17.715, 17.775, 18.456; así podíamos ir citando otras Bibliotecas públicas y privadas. (43) Este papel, que consta de 35 pp., se da com o impreso en Evora, 1758. y da la casualidad de que otras varias cartas en defensa de Fray Gerundio aparecen ese mismo año com o fechadas en Valladolid e impresas en Evora (M onlau , 367 s .).
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