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562 LA PROVINCIA DE FF. JWM. CAPUCHINOS DE CASTILLA Sevilla, que le nombró en 1828 su Protector espiritual (72), y también su amor a la Orden y deseo ardiente de que los misioneros actuales emulasen en su predicación las glorias de los antiguos (73). 3.— Fallecido el P. Justo de Madrid, Vicario General, se volvió a plantear el problema de la celebración del Capítulo de la Orden, que ya había sido convocado por el Ministro General, Cardenal Mícara (21 junio 1829) para el 4 de junio del siguiente año en el convento de San Antonio del Prado, de Madrid. Entre tanto se hacía preciso dar un sucesor al P. Justo, que hiciese sus veces hasta la mencionada fecha. A tal objeto el nuncio sugirió, en 26 de diciembre de 1829, lo que con­ venía hacer, a la Congregación de Obispos y Regulares, y ésta proponía al Papa la elección de un Pro-Vicario de los Capuchinos españoles en la persona del P. Cipriano de Palencia, actual Provincial de Castilla, hasta el próximo Capítulo que debía tener lugar en España: que los electores de Italia fuesen dispensados de asistir a él y que lo presidiese el propio nuncio (74). Pío VIII, que gobernaba entonces la nave de Pedro, dio en ese sentido un breve, designando efectivamente al Padre Palencia Pro-Vicario General con todas las facultades y privilegios, hasta el Capítulo que se celebraría el 4 de junio, al que sólo asistirían los vocales españoles y sería presidido por el nuncio o por un delegado suyo, que fuese capuchino y de reputada autoridad (75). Dicho breve fue entregado por el nuncio al rey y éste lo remitió al Consejo de Cas­ tilla con orden suya (6 marzo 1830) para que se le diese prontamente el pase. Después de varias consultas, Fernando VII aprobó por real orden la elección y lo relativo al Capítulo, según venía indicado en el breve (14 abril 1830) (76). De este modo el P. Cipriano de Palencia asumía el cargo de Pro- Vicario General de los Capuchinos españoles, que desempeñaría sólo unos meses, hasta el 4 de junio de 1830, en que se celebró Capítulo, siendo entonces elegido Ministro General el P. Juan de Valencia, y primer Definidor, a la vez que Procurador General, el P. Cipriano. Su papel y actuación de Pro-Vicario, se ciñó casi exclusivamente a preparar la celebración del Capítulo general; en otros aspectos y terre­ nos, fue casi nula. No obstante, queremos dar algunas noticias sobre su vida, que ilustren su personalidad. (72) A r d a l e s , 595 s. (73) Entre otros hechos citamos el haber establecido el Colegio de Misio­ neros de Ollería, en 1824, al que el cronista, P. Antonio de Albaida, tributa gran­ des alabanzas (Tercera parte de la Crónica de la Provincia de Valencia, ms., pá­ gina 867, n. 189). ( 74 ) P obladura, l.c ., 191 . (75) El breve, dirigido al Nuncio, com ienza: Quum sicut Nobis expom curasti, 18 enero 1830 (Bullarium, X , Oeniponte 1884, 2ss.; AHN , Consejos, legajo 4.036). Aquí se encuentra el breve y la traducción; se imprimió luego e.n dos hojas. (76) Cfr. esta documentación en el citado leg. del AHN.

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