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558 LA PROVINCIA DE FF. MM. CAPUCHINOS DE CASTILLA favor, según denunciaba el P. Justo al rey en un memorial (52). Y que esas revueltas no se ceñían solamente a Castilla, lo prueba la carta que el P. Justo dirigió a todos los Capuchinos de España el 21 de mayo, cuando aún no había tomado posesión de su cargo, pero seguramente enterado ya de su nombramiento, denunciando las revueltas pasadas y lo mucho que algunos habían trabajado para ser elegidos superiores. En ella comunicó los nombramientos, hechos al parecer por el nuncio, de los Provinciales de España, quedando él de Castilla (53). Por fin, el P. Justo tomó posesión de su cargo y seguidamente envió una nueva carta a todos los religiosos de España, participándoles su nombramiento e insertando en ella el breve pontificio. Da también algu­ nas normas sobre la elección de Superiores Provinciales, confirmándolos en sus puestos hasta la celebración de Capítulos que tendrían lugar una vez hubiese recibido el informe de los religiosos durante el período constitucional; llama de nuevo la atención de los manejos de algunos y añade que de momento no daba providencia alguna hasta que se designasen Padres de distintas provincias, que con sus consejos, luces y experiencias le ayudasen en el gobierno, como se lo había pedido a la Santa Sede «según el tenor de la bula Inter graviores y la exigencia de las circunstancias tan críticas en que el perverso sistema ha dejado a nuestra Seráfica Religión Capuchina», a fin de que no se repitiesen las angustias ocasionadas por la muerte del P. Solchaga (54). De todos modos son varios los documentos que comprueban cómo los disturbios, las maquinaciones e inquietudes prosiguieron aun después del nombramiento de Vicario General, y, sobre todo, que no había paz sino discordia y espíritu de desunión (55). Tuvo culpa, al menos en parte, el mismo P. Justo, que siguió considerándose a la vez Provincial de Castilla, que estuvo algo en pugna con el nuncio y que no dio paso, tan pronto como debía, a la celebración de los respectivos Capítulos provinciales (56). En vano el P. Justo esperó la designación de Definidores propios, que le ayudasen en la mejor marcha y gobierno; éstos no llegaron. ( 52 ) Memorial del P. Justo, 25 enero 1824 ( ibíd.). Los cuatro o cinco súb­ ditos a que hace referencia son sin duda los ya nombrados arriba y que irán apareciendo en todas las revueltas. ( 53 ) Carta del P. Justo, convento de La Paciencia de Madrid, 21 mayo 1824 : impresa, 8 pp. (Arch. Prov. de Cap. de Cataluña). El breve de su nombramiento había llegado ya a Madrid para esa fecha. ( 54 ) Carta pastoral, Madrid, 23 julio 1824 : impresa, 3 hjs. (Arch. Provin­ cial de Capuchinos de Cataluña). ( 55 ) Prueba de ello es la carta del P. Provincial de Navarra, José de Cer- vera, a sus religiosos, Batelu, 31 agosto 1824 (Arch. Prov. Cap. de Navarra, Asun­ tos Provinciales, 1800 - 1899 ). ( 56 ) Son abonado testimonio de todo esto la carta de los PP. Antonino de Toro y Cipriano de Palencia, 7 octubre 1824 (Arch. Vat., Nunziatura di Madrid. busta 272 ); la del Nuncio al Secretario de Estado, 12 octubre 1824 , y del Padre Antonino al Nuncio, 14 octubre 1824 (ibíd.), y también la del P. Justo al Nuncio, Madrid, 9 octubre 1824 (P obladu ra, 316 ).

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