BCCCAP00000000000000000000156

OTROS RELIGIOSOS INSIGNES 553 También se interesaba por la buena marcha de las otras provincias. Así, informado de que el Colegio de Misioneros de Monóvar no res­ pondía a su gloriosa historia pasada, propuso establecer otro en Cau- dete y más tarde en Masamagrell, hasta que por fin se puso en Ollería, dándole estatutos especiales (30). Mientras tanto una terrible tempestad se cernía sobre él, o, por mejor decir, una verdadera conjura se levantó contra la legitimidad de su gobierno y autoridad; su autor fue nada menos que el nuevo Provincial de Castilla, P. Buenaventura de Gumiel. El P. Bernardos, obrando quizás algo ingenuamente, al enterarse de la situación creada por el nombramiento de un Vicario General para toda la Orden (14 octubre 1814), y repensar en las circunstancias personales, se dirigió a los Provinciales de España (20 febrero 1816) manifestándoles que, deseando dejar el cargo y teniendo ya 71 años de edad y 54 de vida religiosa, quería que ellos y sus Definidores contestaran a esta consulta: Si era conveniente celebrar Capítulo general, como prescribe la bula de creación de los Vicarios Generales y si en él debían ser elegidos Definidores nacionales y cuántos. Los Provinciales dieron su contesta­ ción pero al propio tiempo algunos insinuaron la duda sobre si el Padre Vicario General podía seguir ejerciendo la jurisdicción (31). Tal coyuntura fue aprovechada por el P. Provincial de Castilla para presentar al Consejo un memorial en el que no sólo pone en duda la legitimidad de la jurisdicción del P. Bernardos, sino que pide se le mande cesar y que los Capuchinos españoles se gobiernen por sus leyes o la Santa Sede provea de otro modo (32). No obstante la justificación presentada ante el Consejo de Castilla por el P. Vicario General (16 octu­ bre 1816), el P. Gumiel volvió a la carga; mediaron no pocos papeles de una y otra parte ante el Consejo hasta que el rey tomó la determi­ nación (15 octubre 1817) de desaprobar en un todo la conducta del Padre Gumiel, lo que el P. Vicario General comunicaba a todos los religiosos (24 octubre) para aquietar la conciencia de algunos y «la duda de la legítima continuación en nuestro oficio, que han puesto a varios de nuestros amados súbditos otros mal intencionados y algunos atentados cometidos contra ella» (33). Sin embargo, de eso subsistían dificultades para dar una solución rápida y definitiva a todo. El rey no aceptó la celebración de un Capítulo general como proponía el fiscal del Consejo de Castilla (34). A ello vino a juntarse un rumor calumnioso esparcido a fines de 1817 contra (30) Tercera parte de la Crónica de la Provincia de Valencia, ms., pp. 851-867. (31) Todas estas contestaciones se encuentran en AHN , Consejos, leg. 4.036. (32) Memorial del Provincial de Castilla, P. Buenaventura de Gumiel, al Consejo (ibíd.). Como casi todos los memoriales, no lleva fecha, pero es de septiembre de 1816. Parece que también los otros Provinciales hicieron recurso al Consejo sobre lo mismo, lo que indica el cronista de Navarra ( Catálogo de los Capítulos Custodíales, etc., ms. p. 652, reunión definitoria del 28 julio 1817). (33) AHN , Consejos, leg. 4.036; Archivo conventual de Antequera. (34) Ibíd.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz