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CAPITULO XIV 1. E l P. M a ria n o de Bernardos, p rim e r V ic a rio G eneral de los Capu­ chinos españoles; sus méritos y actividad. — 2. E l P. Justo de M a d rid , segundo V ic a rio G eneral; principales datos de su vida. — 3. E l Padre C ip riano de Patencia, P ro -V icario General. 1.— Fue en realidad de verdad el P. Mariano de Bernardos el primer Vicario General que tuvieron los Capuchinos españoles en virtud de la histórica constitución apostólica In te r graviores (15 mayo 1804), por la que se estableció la alternativa de régimen en la Orden; de tal modo que durante un sexenio ocuparía el puesto de General un religioso espa­ ñol y en los siguientes seis años lo sería uno que no lo fuera. Todo ello obedeció a las pretensiones de los ministros de Carlos IV de ingerirse más y más en los asuntos eclesiásticos, ir apartando a los religiosos de la inmediata y directa sujeción al Papa y someterlos a los obispos e incluso a la potestad civil. Uno de los pasos fue que los religiosos estuviesen regidos por superiores nacionales. Eso vinieron a ser los Vicarios Gene­ rales que tenían ya otras Ordenes religiosas desde 1776. Los Capuchinos se vieron libres de tal innovación hasta 1804, año de promulgación de la constitución apostólica In te r graviores, que venía a establecer los expresados Vicarios Generales y con ellos la alternativa en el gobierno de la Orden, y, como hasta entonces había sido un espa­ ñol, el P. Nicolás de Bustillo, quien había ocupado el cargo de General, tocaba designar ahora un Vicario General al que estarían sujetos los Capu­ chinos españoles residentes en la península y fuera de ella. El primera­ mente nombrado fue el P. Francisco de Calanda (15 marzo 1805) y, al ocurrir muy pronto la muerte del mismo (26 junio) (1), fue elegido para ocupar aquel puesto el P. Mariano de Bernardos, de la provincia de Castilla. Por eso vino a ser prácticamente el primer Vicario General de los Capuchinos españoles. En varios documentos y escritos se hace a dicho P. Mariano natural de Badajoz (2), cuando su verdadero punto de origen fue Bernardos, pueblo de escasa población en la provincia de Segovia, donde nació en 1746 y fue bautizado con el nombre de Diego Miguel Villanueva. A los O t r o s r e l i g i o s o s i n s i g n e s d e l a p r o v in c ia (1) VA, 712. (2) Cfr. M. a P obladura , De Superiorum Generalium electione tempore regiminis alterni (1804-1886), en Collectanea Franciscana, 27 (1957), 170, n. 16

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