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5 3 6 LA PROVINCIA DE FF. MM. CAPUCHINOS DE CASTILLA tomado parte muy activa en la guerra contra los franceses, teniendo ade­ más tantos méritos como el clero secular (13). Continuando en su campaña patriótica por una parte y a la vez moral y religiosa, imprime en América otra carta el siguiente año de 1812 (14). En la misma insiste en el abuso de la libertad de imprenta sobre todo en la que tenían los periódicos al publicar artículos antirreligiosos y de­ fender libros y doctrinas que iban contra el cristianismo, y eso no sólo en España, sino también en América y de modo particular en Cuba. Vuel­ ve al mismo tiempo a hacer una llamada a la lucha y a la unión contra los franceses. No fueron esas las únicas preocupaciones que en aquellos años y en medio de tan tristes acontecimientos agitaban la mente del P. Solchaga. Como superior pensaba también en la suerte de sus religiosos, muchos de los cuales andaban dispersos y refugiados en los conventos de Anda­ lucía. Era aquella una buena coyuntura para enviar justamente el perso­ nal debido al Colegio de Misioneros de La Habana, que se encontraba necesitado de él. A tal objeto, hallándose en Cádiz en los primeros meses de 1810, presentó varias exposiciones a la Junta Suprema del Reino, solicitando permiso para enviar a dicho Colegio no menos de 15 reli­ giosos; entre ellos se contaba él mismo, que más tarde, como era natural, fue excluido. Una real orden (1 marzo 1810) así lo autorizaba y otra (2 marzo) mandaba se les sufragasen todos los gastos (15). En dicho Colegio de La Habana era ciertamente necesario más perso­ nal por cuanto el Consejo de Indias ya con anterioridad (28 noviembre 1806) había determinado el envío de 16 religiosos (16). No debían mar­ char muy bien allí las cosas a juzgar por lo que sucedió con los Padres Félix de Santa María y Félix de Quintanar, los cuales, nombrados (12 julio 1812) Prefecto y Vicario de La Habana, no debieron embarcarse, como tampoco lo hicieron posteriormente los PP. Lino de Cantalapiedra y Fidel de La Seca, designados también respectivamente para los mismos cargos en 1813 (17). Sigue en el P. Solchaga esa preocupación por la suerte de aquel Colegio y, enterado de las vejaciones de que eran objeto (13) Ostenta en su portada el siguiente título: Representación que en juicio y justicia dirige un Prelado Provincial Capuchino de las dos Castillas a la sabia y católica nación españolas con su deseada y digna cabeza el señor rey D. Fer­ nando VII (que Dios guarde) a su frente, y Congreso de Cortes nacionales. Es­ cribíala para la luz e interés público el M. R. P. Fr. Francisco de Solchaga, Pre­ dicador de S. M. C., Cádiz, 1811: 331 pp. Una segunda edición se hizo en Cádiz, 1813, y este mismo año otra en Manresa. (14) Lleva sólo este título escueto: Apología regular escrita por F. F. S., La Habana, 1812: 1 h. mas 20 pp.; al final lleva la firma Fray Francisco Solchaga (15) Las dos reales órdenes están fechadas en la Isla de León (AGI, Indi­ ferente general, leg. 2979). Una real orden posterior autorizaba (15 mayo 1810) que otros tres religiosos de la provincia de Navarra pudiesen ir también al expre­ sado Colegio de La Habana (ibíd.). Los nombres de todos constan aquí y en el VA , 739. (16) AGI, Cuba, 329. (17) AG I, Santo Domingo, 2271.

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