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EL P. SOLCHAGA, TERCER GENERAL ESPAÑOL 535 El P. Manzaneda se vio obligado a dejar el convento de Calzada de Calatrava a fines de marzo de 1809, dirigiéndose a Andalucía, una vez tomada Ciudad Real y disperso el ejército español (10). El P. Solchaga debió hacer lo propio pero más tarde, a fines de septiembre del citado año, marchando a Sevilla, donde fijó su residencia, dando allí a la impren­ ta la carta pastoral que hemos mencionado. De la ciudad del Betis pasó a Cádiz donde ya se encontraba en octubre de 1810. Aquí debió darse cuenta más cabal y perfecta del ambiente existente y de los propósitos de los planeadores de la nueva constitución española. Valiente y decidido escribió una carta al Presidente de las Cortes. En ella protesta del abuso que se hacía de las palabras: libertad , pueblo libre, etc.; en realidad sus palabras son una enérgica reconvención a los liberales de su tiempo y una protesta contra los que defendían la libertad mal entendida. Afirma entre otras cosas: «Para la verdadera restauración en lo político y sagrado bastan y son precisos en la práctica: para lo primero la Constitución española, poniendo límites en el ramo de Hacienda a la arbitrariedad del soberano, y para lo segundo, el Santo Concilio de Trento. Y así no hay necesidad de novedad; únicamente urge la expulsión de los france­ ses, salvar la P a tria y el rey. Después trataremos con tranqu ilid ad los otros puntos» (11). Al año siguiente dirigió desde Cádiz otra carta a sus súbditos, que en el fondo no es otra cosa que una proclama contra los franceses y una exhortación a todo buen español a unirse (12). Estando aun en Cádiz el P. Solchaga, comenzaron las Cortes su labor legislativa. A ellas no fueron convocados los superiores de las Ordenes religiosas, como era de esperar. Tal hecho mal intencionado, puesto que se proyectaba la reforma de los Regulares, fue conceptuado por el Padre Solchaga como injusto a todas luces. Y, en nombre de los demás superio­ res, levantó su voz de protesta dirigiendo un escrito a la nación, al rey y a las Cortes, exponiendo que ahora que se trataba de hacer la nueva Constitución, se hacía caso omiso de los religiosos siendo así que habían sos de su jurisdicción desde el convento de Calzada de Calatrava, Sevilla 1809 3-4. Va fechada el 17 de septiembre en dicho convento, que siempre estuvo habitado por los religiosos, no obstante que los franceses ocuparon la villa e incluso se hospedaron en él (VA, 733). El P. Provincial, Francisco de To- losa, herido al querer salir de Madrid, fue llevado al convento de San Antonio del Prado por un oficial francés y allí falleció el 7 de diciembre de 1808 (Necrologio, 303). (10) Defensa, ya citada, 8. (11) Carta autógrafa del P. Solchaga, Capuchinos de Cádiz, 28 octubre 1810 (BN, ms. 20.418/8). Consta de 10 folios; no lleva título alguno y comienza así: «Honorable Sr. Presidente.» (12) Carta también autógrafa y que lleva este título: Recurso único y ven cedor: la unión. Pastoral segunda católica >• patriótica que en espíritu y verdad dirige a todos sus súbditos dispersos por la santa causa nacional y a cuantos sean de su único buen partido el M. R. P. Fr. Francisco de Solchaga, Predicador del rey nuestro señor D. Fernando VII (que Dios guarde) y Ministro Provincial de Capuchinos de las dos Castillas,desde la ciudad de Cádiz. Año 1811 (BN, ma­ nuscrito 20.264/18). Tiene 15 pp. numeradas.

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