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puso la primera piedra del mismo el 26 de marzo ( 2 ). Quizá simultánea­ mente se efectuó el derribo de la iglesia; de todos modos la ceremonia de colocar la primera piedra de la nueva no se realizó hasta el 5 de julio, oficiando en el acto el P. Diego de Castrillo, a la sazón Vicario provincial. Sin embargo, esa primera piedra no se puso en los cimientos sino en el plano de la puerta, precisamente porque sólo era reedifi­ cación ( 3 ). La construcción de ambos edificios corrió prósperamente; aparte de que abundaron las limosnas, tomó en ello sumo interés el propio duque de Medinaceli. Los encargados de las obras fueron los hermanos Fray Bernardino de Quiroga y Fr. Bernardino de Trillo, y el material em­ pleado fue piedra pedernal, piedra sillería y ladrillo. Y con tanta rapidez se llevaron, que el 20 de noviembre de 1716 tenía lugar la bendición de la iglesia y el 22 la traslación del Santísimo desde la iglesia del hos­ pital de Montserrat. Se celebró con pompa extraordinaria, tomando parte en la procesión no menos de 119 capuchinos de los conventos de San Antonio, La Paciencia y El Pardo. A continuación se tuvieron solemnes fiestas que duraron desde el 24 de noviembre hasta el 3 de diciembre. Todos los días hubo misa de pontifical, y en la función de la tarde predicaron los mejores oradores que entonces tenía la provincia de Castilla, en su mayoría predicadores de S. M. Esos cultos corrieron por cuenta del rey, de los infantes y de varios títulos de la grandeza ( 4 ). El convento debió estar terminado un poco antes que la iglesia, y los religiosos comenzaron a habitarlo a primeros de noviembre del mismo año 1716 . El 8 de dicho mes la comunidad de San Antonio hizo en el hospital de Montserrat una función extraordinaria de acción de gracias a la Virgen, consistente en misa cantada, exposición del Santísimo y sermón. Predicó el P. Rafael de Loyola, a quien el cronista llama «exce- 3 6 LA PROVINCIA DE FF. MM. CAPUCHINOS DE CASTILLA (2) Todas estas limosnas se consignan con toda clase de pormenores en un opúsculo impreso hacia 1718, que lleva por título: Relación y cuenta que yo Don Martín de Iriarte, vecino de esta Corte, doy, como síndico que he sido... para las dependencias pertenecientes a la reedificación del convento de San Antonio de esta dicha Corte, Madrid (s. a.); 23 ff. En la portada se dice: «Habiendo sido preciso demoler eldicho convento de Capuchinos de San Antonio, se empezó a derribar el 4 de febrero de 1715 y abriendo cimientos para todo él, por ser necesario hacer a fundamentis, se puso la primera piedra el día 26 de marzo del mismo año.» Un ejemplar del mismo se conserva en el APC, 17/1, y hemos visto otros varios en el Archivo del Duque de Medinaceli. (3) VA, 139. (4) lbíd., 154-6; Relación y cuenta citadas,ff. 9, v. 11. En la portada de ésta se dice también que las obras duraron «veinte y un mes y dieciocho días», estando dicho convento en disposición de poder hacer la traslación del Santísimo y morar en él toda la comunidad el 22 de noviembre de 1716, fecha en que se hizo. Sobre las fiestas celebradas con tal motivo puede verse la Carta que un religioso capuchino escribe a un docto Prebendado, y la Vida de San Félix, citadas en la nota 37 del capítulo anterior. Los que entonces predicaron fueron: PP. José de Valderas, Félix de Almeida, Jerónimo de Canarias, Isidoro de Cantalapiedra, Agus­ tín de Oviedo, Diego de Madrid, Rafael de Loyola, José de San Martín, Miguel de Valladolid y José de Illescas, a los que en las citadas Carta y Vida se tributan muy altos elogios.