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tes de la Orden (34). Desde aquí escribió al Prefecto de la Congregación de Propaganda Fide, que le pedía Capuchinos españoles misioneros con destino a la isla Ventó, de América septentrional, manifestándole no era posible acceder a su demanda, puesto que los religiosos españoles debían atender a otras misiones que tenían en el continente ameri­ cano (35). Aunque el cronista de Castilla no lo dice, parece ser que el P. Bus- tillo hizo este año de 1801 nueva visita a los conventos de la provincia. Al menos dio para ella nuevas ordenaciones, en las que muy particu­ larmente insiste en la completa formación que debía darse a los jóvenes y en el modo de enseñarles la Gramática latina y Oratoria sagrada antes de que emprendiesen el estudio de la Filosofía (36). Nada podemos añadir respecto a la actividad del P. Bustillo hasta el 3 de marzo de 1802, en que inició la visita a los conventos de Navarra por el de Tudela, continuándola por otros, aunque no pudo realizarla personalmente en todos, concluyéndola el 23 de junio (37). El 18 de julio llegaba a Lérida, primer convento de la provincia de Cataluña que visitó. Fue luego por los restantes haciendo lo mismo y el 2 de septiembre, a las seis y media de la mañana, llegaba a Barcelona, donde se le recibió con grandes honores y agasajos; estando en la Ciudad Condal, llegaron los reyes de España. No sólo eso sino que la permanencia del P. General en Cataluña se prolongó notablemente, hasta el punto de que el cronista anota que «después de haber estado cerca de dos años de visita en esta provincia», el 2 de mayo de 1804 dejaba Barcelona para dirigirse a Zaragoza (38). ¿Qué motivos existieron para que el P. General prolongase por tanto tiempo su estancia en Cataluña? No podemos ni aducirlos ni tampoco se nos alcanzan. Tal vez porque allí eran más fáciles las comunicaciones y podía estar más al tanto de los acontecimientos y llevar con mayor acierto el gobierno de la Orden. De todos modos, ante la incógnita de otros hechos, queremos apuntar algunos que en esos años, 1802-1804, tuvieron lugar. Es en primer lugar la concesión (17 noviembre 1802) hecha por Pío VI y a ruegos del P. Bustillo, de poder decir los Capuchinos, todos los sábados no impedido, misa votiva de la Inmaculada, según luego EL P. BUSTILLO, TAMBIÉN GENERAL DE LA ORDEN 527 (34) Tercera parte de las Crónicas de la provincia de Valencia, por los Padres José de Alicante y Antonio de Albaida, ms. 357-369. Entre otras varias cosas se dice que desde Madrid había escrito varias cartas al P. Provincial de Valencia insistiendo en que procurase volviese a su antiguo esplendor el Colegio de Misioneros de Monóvar que llevaba ya 34 años de existencia. (35) Archivo de Propaganda Fide, Scritt, rif. nei Congressi, América-An- tille, v. 111 , f. 261. (36) Sólo se conservan algunas disposiciones que parece fueron dadas por el P. Bustillo «en la santa visita del año 1801» (APC, 5/2). (37) Catálogo de los Capítulos Custodíales, etc., de la provincia de Nava­ rra, ms., p. 596 (Arch. Prov. Capuchinos de Navarra). (38) Manual de los despachos extraordinarios de la provincia de Catalu­ ña, II (1731-1805), ms., ff. 12r. y 16v. (Archivo Provincial de Capuchinos).

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