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CASTILLA Y LAS M ISIONES ENTRE INFIELES 501 con anterioridad. Por eso no insistimos más para demostrar lo que intentamos (42). 5.— Para completar las noticias antecedentes en relación con las misiones entre infieles y los religiosos castellanos durante el siglo XVIII y primer tercio del XIX, queremos recoger también la de que en 1801 el Prefecto de la Congregación de Propaganda Fide escribía al P. Ge­ neral Nicolás de Bastillo, residente en España, pidiéndole el envío urgente de 12 Capuchinos españoles a la isla de Ventó, en América septentrional: era preciso llenar los puestos que otros Capuchinos allí muertos habían dejado vacantes. El P. Bustillo contestaba que no le era posible acceder por cuanto las misiones de los Capuchinos espa­ ñoles en el Nuevo Mundo se encontraban también muy necesitadas de personal que no había sido enviado por varias circunstancias. Por lo que insinuaba era mejor fuesen allá religiosos franceses, puestoque ellos habían tenido a su cargo la expresada isla (43). Dos años más tarde, el 13 de agosto de 1803, de nuevo escribía el Prefecto de Propaganda al nuncio de España manifestándole el estado lamentable en que se encontraban los cristianos de la isla de Annobón (Africa); le indicaba además la necesidad de enviar allá misioneros y que fuesen Capuchinos italianos, para lo cual se solicitaba el permiso del rey de España (44). El nuncio propuso la cuestión al Príncipe de la Paz y al ministro de Estado en distintas cartas de fecha 1803 y 1804. Por fin el ministro de Gracia y Justicia pasó el asunto alConsejo de Indias (12 mayo 1804) y éste decidió (30 julio) fuesen enviados misioneros españoles, lo que el nuncio comunicó seguidamente al Prefecto de la Congregación (15 agosto 1804). Luego el nuncio, de acuerdo con el. ministro de Estado, se dirigió al P. Bustillo (15 octubre) pidiéndole a tal objeto diez o doce religiosos de la Orden, escogidos de entre los conventos de España. El Padre General respondió al nuncio (16 octubre) quedaba enterado de aquella determinación del rey y que escribiría a los Provinciales para que le ofreciesen sujetos a propósito; le daba al mismo tiempo gracias por la elección de los Capuchinos para esta misión (45). El P. Bustillo dirigió efectivamente una carta circular a los Provinciales de España, pidiéndoles, en nombre del nuncio, misioneros para la expresada isla (46). Desconocemos el éxito que tuvieron sus gestiones. Sospechamos que la designación ese mismo año 1804 de un Vicario General para los Capu­ chinos españoles, el cese del P. Bustillo en su cargo y la delicada situación política impidieron la realización del enunciado proyecto. (42) Véase el contenido de los capítulos X X y X X IV de la primeraparte. (43) Carta del P. Bustillo, Madrid, 14 mayo 1801 (Arch.Prop. Fide, Scritt. riferite nei Congressi, América-Antillas, v. 3, f. 261). (44) Téngase en cuenta que la isla de Annobón, sita en el golfo de Guinea, pertenecía a España desde 1778. (45) Toda esta documentación y numerosas cartas sobrelo mismo se con­ servan en el Archivo Vaticano, Nunziatura di Madrid, busta 304. (46) Carta del P. Bustillo a los Provinciales, Zaragoza, 20 octubre 1804 (Archivo Provincial de los Capuchinos de Valencia, carp. D, íeg. 32,n.485).

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