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CASTILLA Y LAS M ISIONES ENTRE INFIELES 4 9 5 cíales de Aragón, Castilla, Navarra y Valencia, exhortándoles a enviar más religiosos a la misión de Cumaná, en la que se cosechaban extra­ ordinarios frutos de conversión y reducción (13). No sabemos lo que el Superior de Castilla contestó o hizo ante tal requerimiento, pero sí podemos asegurar que, obedeciendo sin duda a tales insinuaciones, el 12 de mayo de 1717 partía del convento de San Antonio del Prado, de Madrid, el P. Manuel de Alcañiz, destinado, junto con otros tres de Aragón, a la expresada misión de Cumaná (14). Allí continuó hasta 1721 en que volvió a la provincia. Pasó esos años al frente de la doctrina de San Antonio de Capayacuar, sucediendo en ella al P. Guillermo de Muro. Al retirarse dejaba una población de 50 familias, con su iglesia y casa del misionero (15). Otros capuchinos castellanos eligieron como campo de apostolado los Llanos de Caracas, donde misionaban los andaluces. Así los Padres Bruno de Madrid, Bernardino de La Puebla y Luis Nicolás de Madrid, con otros varios de Andalucía, se embarcaron en Cádiz en septiembre de 1728 (16). Asimismo, en 1732, por el mes de julio, emprendía viaje desde Cádiz a los Llanos de Caracas el P. Leonardo de Villafranca (17), y, por fin, al siguiente año y con idéntico destino hacían también la travesía los PP. Lorenzo de Toledo y Bernardino de Madrid (18). Desgraciadamente poco podemos decir de sus actividades en aquella floreciente misión. Concretamente el P. Bruno de Madrid regresó al poco tiempo, mientras que el P. La Puebla falleció en la misión al año de su llegada (19). En cambio el P. Luis Nicolás de Madrid, después de pasar allí diez años, se vio obligado a regresar por enfermo en julio de 1738 (20). Y, por lo que hace al P. Leonardo de Villafranca, fue destinado a la conversión de los indios caribes de la ribera izquierda del Orinoco y se ahogó en este río el 30 de marzo de 1733, es decir, apenas cumplido un año de su llegada (21). Y otro tanto se diga del P. Ber­ nardino de Madrid, quien, destinado a las misiones de las proximida­ des de Calabozo, allí pagó tributo a la muerte a fines de octubre de (13) Cédula al P. Provincial de Castilla, Madrid, 19 septiembre 1714 (AGI, Santo Domingo, 677). Cédulas semejantes se enviaron a los otros Provinciales. Por esos años en Cumaná eran sólo siete misioneros; la guerra de sucesión había impedido el envío de más personal. (14) VA. (15) Cfr. mi obra citada, Misión de los Capuchinos en Cumaná, II, 287, 312. (16) F roilán de R ionegro , O. F. M. Cap., Misiones de los Padres Capuchi­ nos. Documentos, Pontevedra 1929, 302, «Lista de los religiosos capuchinos que han ido y asistido en las misiones de Caracas y de los que en ellas han muerto»; AG I, Sección 7a., Secretaría de Arribadas, Comisaría de Cádiz, 537. (17) Ibíd. (18) Ibíd. (19) Cfr. «Lista de los religiosos»..., ya citada. (20) Carta informe del P. Salvador de Cádiz al P. Comisario general de mi­ siones, Caracas, 6 julio 1738 (AGI, Santo Domigo, 820). (21) Así lo consignan diversas relaciones de los Prefectos de la misión.

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