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32 LA PROVINCIA DE FF. MM. CAPUCHINOS DE CASTILLA No faltaron tampoco en estos años escritores notables que siguieron dando a la imprenta sus producciones literarias. Así, por ejemplo, el P. Martín de Torrecilla, que falleció en 1709 , continuó publicando im­ portantes obras morales y canónicas y reeditando otras anteriores con las oportunas correcciones o enmiendas ( 38 ). En otro aspecto o terreno siguió asimismo imprimiendo nuevos libros el P. Félix de Alamín, que al mismo tiempo se distinguió por su celo y predicación y que falleció ya nonagenario después de 1727 ( 39 ). De él nos ocuparemos con más atención en la segunda parte de este tomo. A los dos citados hay que añadir el P. Mateo de Anguiano, quien en estos años dio a la imprenta estos libros: Vida y virtudes del capuchino español, el siervo de Dios fray Francisco de Pamplona, Madrid, 1704 , cuya primera edición fue en Madrid en 1685 ; Misión apostólica en la isla de la Trinidad de Bar­ lovento y en Santo Tomé de Guayana, Madrid, 1702 ; Misión apostólica del Maracaibo, Madrid, 1702 ; Compendio historial de la provincia de la Rioja, de sus santos y milagrosos santuarios, Madrid, 1704 ; Epítome historial y conquista espiritual del imperio abisinio, Madrid, 1706 ; La nueva Jerusalén, Madrid, 1709 , historia del famoso Cristo de La Pacien­ cia; E l paraíso en el desierto, Madrid, 1713 , historia del convento y de la imagen del Stmo. Cristo yacente de El Pardo. Nos dejó asimismo otras obras manuscritas. De él y sus escritos nos ocuparemos también más adelante. Uno de los más célebres misioneros de estos años fue el P. Manuel de Jaén. Fruto de su experiencia es la obra sencilla, popular y práctica: Instrucción útilísima y fácil para confesarse, cuya segunda edición se publicó en Madrid en 1720 . También merece el P. Jaén capítulo aparte, por su vida y por sus escritos, de los que igualmente trataremos en la segunda parte. El P. Luis de Miedes, buen predicador, aunque ya bastante resa­ biado del culteranismo, imprimió a su vez este sermón: Oración pane­ gírica a la muy antigua y apostólica Cofradía del Santísimo Sacramento y del Confalón de la parroquial de Santa Eulalia de la muy noble y muy leal ciudad de Salamanca, Salamanca, 1724 ( 40 ). Hacemos constar también que el convento de Valladolid continuó siendo centro de apostolado y predicación de misiones populares, En él residió muchos años el P. José de Valderas, y luego el P. Manuel de Jaén. Para animar a otros religiosos a seguir ese camino, los moradores del citado convento imprimieron a sus expensas este aleccionador opúscu­ lo: Noticia del feliz tránsito del V. P. Fr. Feliciano de Sevilla, misionero apostólico, que participó a todos los conventos... el R. P. Fr. Felipe de Málaga... junto con carta que le dejó el venerable difunto. Impreso (38) Cfr. t. I, 408-14, donde hemos hablado de él y sus obras. (39) Ibíd., 326-7, donde se hace una descripción breve de sus producciones literarias. (40) Consta de 4 hojas, 24 páginas.

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