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3.—Pero donde los Capuchinos castellanos han hecho mayores esfuer­ zos y conseguido merecidos aplausos en ese largo lapso de tiempo que ahora historiamos, fue ,en la defensa de los derechos y privilegios de la Orden y en la proclamación de sus glorias y la de sus hijos. Citemos ante todo al P. Mateo de Anguiano, del que nos ocuparemos aparte con más detención. Ahora sólo tratamos de hacer resaltar su gran interés en publicar a los cuatro vientos cuanto los Capuchinos habían hecho o esta­ ban realizando, sobre todo en las misiones. A eso va encaminada la mayoría de sus escritos. En primer lugar: Vida y virtudes del Capuchino español, el V. Siervo de Dios Fr. Francisco de Pamplona (41), en que no sólo trata de la personalidad de Fr. Francisco sino que dedica gran parte de su libro a las misiones de los Capuchinos en Africa y América durante el siglo x v i i , de las que aquél había sido organizador (42). A ese mismo objetivo, el de dar a conocer las misiones de los Capu­ chinos españoles y cuantos allí trabajaban, van dedicados estos dos escri­ tos: Misión apostólica en la isla de la Trinidad de Barlovento y en Santo Tomé de la Guayana, y Misión apostólica de Maracaibo (43). Con ese mismo fin de dar a conocer las misiones de los Capuchinos en Etiopía, Congo y América, y de ensalzar las figuras de los mártires Btos. Agatán- gelo y Casiano, escribió el Epítome historial y conquista espiritual del imperio abisinio (44). Y con idéntica idea compuso otro grueso volumen, que dejó manuscrito, que es en realidad la historia completa de las misio­ nes que los Capuchinos españoles tuvieron en Africa y América hasta 1716 (45). No obstante los defectos que el P. Anguiano pueda tener, y las afirmaciones poco seguras o carentes de verdad histórica que en sus escritos puedan encontrarse, hay que decir muy alto que él fue en siglos 486 LA PROVINCIA DE FF. MM. CAPUCHINOS DE CASTILLA ral sobre el uso de los oratorios domésticos, según los frecuentes indultos apos­ tólicos, por el Dr. D. José Domínguez, Madrid, 1772. El escrito del P. Ajofrín se imprimió por segunda vez también en Ma­ drid, 1857. (41) Se imprimió en Madrid, 1685, y segunda vez también en Madrid, 1704. (42) Cfr. mi estudio: Fray Francisco de Pamplona, organizador de Misio­ nes y conductor de Misioneros, en Missionalia Hispánico, 9 (1952), 5-51. (43) En la primera, Madrid, 1702, 16 pp., habla de la misión de la Trini­ dad, martirio de varios religiosos capuchinos de Cataluña y al final hace un resumen de las misiones de Cumaná, llanos de Caracas y Maracaibo. En la segunda, Madrid, 1702, 10 pp., describe los com ienzos de lamisión de Maracaibo, encomendada a los Capuchinos valencianos, refiriendo sobre todo el martirio de una de ellos, Fr. Gregorio de Ibi. (44) Se publicó en Madrid, 1706; 16 hjs., 204 pp, 6 hjs. (45) La parte de este manuscrito referente a las misiones capuchinas en Africa fue por mí publicada en dos gruesos volúmenes, con larga introducción, muchas notas y documentos ilustrativos, con este título: Misiones Capuchinas en Africu. — I.—Misión del Congo, C. S. I. C., Madrid, 1950, XLVI-494 pp.; II .— Misiones al reino de la Zinga, Benin, Arda, Guinea y Sierra Leona, C. S. I. C., Madrid, 1957, XLV-288 pp. La parte relativa a las de América fue publicada por el P. F ro ilá n d e R ione- g r o , O . F. M. Cap., Relaciones de las Misiones de los PP Capuchinos, II, Sevi­ lla, 1918, pp. 80-214, y también por mí en: Los primeros historiadores de las Mi­ siones Capuchinas en Venezuela, Caracas, 1964, pp. 335-495.

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