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474 LA PROVINCIA DE FF. MM. CAPUCHINOS DE CASTILLA Guardián del convento de V illanueva del Cárdete para que admitiese, erigiese o fundase de nuevo a llí la Hermandad, en caso de que falten los originales de lo ejecutado hasta entonces (48). E l 16 de febrero de 1756 fue nombrado Visitador de la O. Tercera de Rueda el P. Antonio de A illón, V icario de aquel convento (49), siendo al parecer el primero en aquel cargo. E l 24 de noviembre de 1762 era asimismo nombrado Visitador de la Hermandad de Cantalapiedra, convento recientemente fundado, el P. Jerónimo de V illa rrub ia , quien tampoco regía aquella comunidad (50). Finalmente, en 1782 y siguientes años aparecen desig­ nados otros varios Visitadores de las establecidas en diversas iglesias conventuales (51). No contentos con erigirla en las iglesias capuchinas, procuraban con el mayor celo propagarla y establecerla en otras partes y atenderla con solícito cuidado. A sí se da el caso de que los religiosos de Toro la tenían fundada en varios pueblos próximos, entre ellos Castronuño y Sieteigle- sias, ya antes de 1730 ; para asistirlas iban dos Padres un domingo al mes; confesaban a los Terciarios, hacían la función y procesión acostum­ bradas y aprovechaban aquella oportunidad para asistir espiritualmente a otros fieles (52). Sabemos también que las Hermandades se regían por constituciones propias y especiales (53). Igualmente disponían de capillas particulares donde hacían sus peculiares ejercicios de piedad y también de peniten­ cia (54). Del mismo modo se compusieron para ellas, con objeto de faci­ litar su devoción, libritos aparte (55). Asimismo aquellos Capuchinos del siglo x vm imprim ieron hojas de propaganda en las que se consignaban brevemente las obligaciones de los Terciarios, gracias concedidas y certificado de toma de hábito y profe­ sión (56). Para mayor conocimiento de las gracias e indulgencias de que (48) Ibid., 337. (49) Ibid., 351. (50) Ibid., 382. (51) Ibid., 358, 381, 602, 622. (52) APC, 28/118, 28/120. (53) Como consta que las tenía, por ejemplo, la O. Tercera de Laguardia ya en 1736, las que fueron luego reformadas en 1742 (VA , 222, 254). (54) El 6 de julio de 1787 la Definición accede a la súplica de la O . Tercera de Villarrubia de los O jos para que se le concediesen las capillas de la mano derecha de la iglesia conventual, a fin de que, quitados los tabiques que hacen división, se forme una sola que sirva luego para uso y ejercicios de la menciona­ da O . Tercera, haciéndose las obras a expensas de ésta (V A , 597). (55) También la O . Tercera de Villanueva del Cárdete tenía sus actos y fun­ ciones en una capilla separada; para cuantos formaban parte de la misma compuso el P. Bernardino de Villarrubia el siguiente librito: Ejercicio y ofrecimiento devoto de la Corona de María Santísima que la V. Orden Tercera de Villanueva del Cár­ dete acostumbra rezar en sus ejercicios de penitencia en la ermita de Nuestra Se ñora de la Gracia, Alcalá (s. a.). (56) En la Biblioteca de la Academia de la Historia, Papeles de Jesuítas, tomos 59 y 203, hay varios ejemplares de estas hojas; son posteriores a 1777.

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