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PREDICACIÓN DE M ISIONES 461 que conocemos varias ediciones: Jardín florido del alma cultivado del cristiano con el ejercicio del Santo Rosario, de las Cruces y de otras devociones (34 ). A l señalado objetivo imprim ió el P. Jaén las ya citadas obras: Instruc­ ción Utilísima y fácil para confesar particular y generalmente y recibir la sagrada Comunión, y Remedio universal de la perdición del mundo. Son fruto ambos escritos de la experiencia adquirida en su predicación y en el confesonario ; el primero se ordena a corregir los defectos que se cometían en las confesiones, y el segundo para exponer al pueblo la necesidad, utilidad y facilidad de la oración como medio poderoso para enmendar la vida y salvarse (35). Con idéntico fin escribió el P. Fidel del Valle varios de sus libros, mereciendo especial mención el Arpón místico, que, al mismo tiempo que es verdadero manual de piedad, sirve de «fácil método para entablar vida cristiana». Finalmente, citamos esta obrita del P. Fermín de Alcaraz, predicador de altos vuelos y misionero fervoroso, más tarde obispo de Cuenca: Ejercicio cotidiano de las ovejas de María, que viene a ser en realidad un verdadero devocionario popular y cuyos ejemplares abundaron sobre­ manera debido sin duda a que se propagó mucho en sus dos edicio­ nes (36). 7.— Completaremos lo expuesto en este capítulo poniendo de relieve el fruto y éxitos logrados con esta predicación de misiones. Se debieron en primer lugar al comportamiento ejemplar de los propios misioneros. Valga por todos los testimonios el que tributa a los PP. Basilio de Alba y compañero, ambos del convento de Toro, el párroco de un pueblo de Toledo, escribiendo al arzobispo para darle cuenta de la misión dada los días 7 al 15 de enero de 1770 : «Su conducta ha sido muy ejemplar, con grande recogimiento, sustentándose de las limosnas que les ofrecieron los fieles; la doctrina que han predicado, sana y pura, muy conforme en todo a lo que se nos propone en el catecismo del sagrado Concilio de Trento, explicada con toda claridad y con seriedad debida; de aquí ha (34) Este opúsculo, muy manual, ha tenido varias impresiones; la primera debió tener lugar ya antes de 1672, por cuanto existe una quinta impresión hecha en Valladolid, que no lleva fecha, pero cuya fe de erratas es de dicho año. (35) No hemos logrado localizar la primera edición, mandada hacer por el antecesor del Cardenal Astorga y Céspedes; la segunda se imprimió en Madrid en 1721, y la quinta, igualmente en Madrid, en 1728; a esas siguieron otras mu­ chas. Tampoco sabemos con certeza cuándo se haya publicado el Remedio univer­ sal de la perdición del mundo; creemos haya sido la de Madrid, 1728. La que suele encontrarse en muchas bibliotecas es la de Madrid, 1783. (36) Salió la primera edición en Madrid, 1832, y la segunda, en 1833. Con­ tiene no sólo la Corona de la Virgen, visita y varias oraciones, sino también modo de confesar y comulgar, ordinario de la misa, visita al Santísimo, directorio espi­ ritual para todos los días, etc.

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