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C A P I T U L O V I 1. Examen y título de predicador. — 2. Esfuerzos y ordenaciones para conseguir una buena formación. — 3. La predicación en la primera mitad del siglo x vm y reacción contra el gerundianismo. — 4. Nunca faltaron buenos predicadores: los del rey. — 5. Compromisos de cua­ resmas, Semanas Santas, sermones sueltos. — 6. Modo de predicar .— 7. Privilegios de los predicadores. 1.— Queremos repetir una vez más que el apostolado de la predica­ ción, en sus diversos aspectos o modos de anunciar la palabra de D ios, fue sin duda una de las glorias más preclaras de los Capuchinos, y más concretamente de los de Castilla. E l contenido de este capítulo compro­ bará de nuevo la verdad de ese aserto. En otra parte afirmamos cómo los sacerdotes capuchinos «no eran lanzados, inmediatamente de terminar su carrera, a los trabajos minis­ teriales, sin antes recibir lecciones prácticas de maestros experimentados sobre el modo de componer sermones, de predicarlos, su comportamiento en el confesonario, etc.». Decíamos también era un hecho incuestionable que los Capuchinos se habían adelantado a los demás Institutos religiosos y a lo legislado por la Iglesia al hacer obligatoria la preparación especial, apostólica y pastoral de los jóvenes sacerdotes (1). La atención que, en general, prestó la Orden Capuchina a la prepa­ ración adecuada de aquellos que serían dedicados al ministerio de la predicación, esa misma, tan completa y quizás más esmerada, es la que la provincia de Castilla tuvo para con los estudiantes primero y luego con los sacerdotes que dedicarían sus afanes a la salvación de las almas anunciando la divina palabra. Respecto a este punto concreto de la predicación, más que referir lo que en la Orden se legisló y practicó, cosa que también se ha expuesto brevemente en otro lugar (2), pretendemos recoger lo más sobresaliente que en la provincia de Castilla se tuvo establecido a lo largo del siglo x vm y subsistió después. No será fuera de propósito advertir que en todo ese lapso de tiempo continuaron aquellas tres clases o categorías existentes entre los Padres ya en el siglo anterior: simples sacerdotes, L a p re d ic a c ió n en C a s t i l l a lo s años 1 7 0 1 a 1 8 3 6 (1) Cfr. mi artículo: Preparación apostólica de los jóvenes religiosos sacer­ dotes, en Naturaleza y Gracia, 9 (1962), 285. ( 2 ) Ibid, 286s.

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