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VIDA E SPIR ITUAL EN LA PROVINCIA 439 Sin duda que, para avivar más esa devoción de los fieles, compuso el P. Miguel de Santander una Novena, la primera que conocemos com­ puesta por un religioso de Castilla, y que más tarde tuvo reiteradas edi­ ciones (34 ). Otro de los más entusiastas devotos y que con más ardor la propagó fue el P. Fermín de Alcaraz. A la D ivina Pastora dedicó y compuso en honor suyo: Ejercicio cotidiano de las ovejas de María, o sea Corona de la Madre del Buen Pastor Jesucristo, María Santísi­ ma (3 5 ), y La Divina Pastora, o sea el rebaño del Buen Pastor Jesucristo, guiado, custodiado y apacentado por su divina Madre María Santí­ sima (36 ), obra ésta, a nuestro juicio, la de mayor interés práctico y valor doctrinal que se ha escrito sobre el tema. En el prólogo hace una breve historia de cuanto realizaron los Capuchinos castellanos en propagar esta devoción, mediante sus correrías apostólicas por tierras de Castilla, León, G alicia y Asturias, colocando en sus iglesias bellas imágenes para enfervorizar a los fieles y estableciendo Cofradías, cuya finalidad era honrar a la Virgen y cuidar del alumbrado del Santísimo, cuantas veces era públicamente expuesto, asistiendo con vela y en oración ante él (3 7 ). Omitiendo otras devociones cultivadas por los religiosos, no podemos pasar en silencio la profesada a San Antonio de Padua. En todas las iglesias existieron imágenes suyas, en su mayoría de bellísima escultura, como fueron las del Prado, Toledo, Rueda, etc., que se han conserva­ do (38). Si propagaron así la devoción al santo de los milagros, fue tam­ bién para ellos incentivo de su piedad y fervor. 4.— Terminamos este capítulo enunciando las obras ascético-místicas que las Capuchinos de Castilla dieron a la imprenta en estos años que historiamos, es decir, desde 1701 a 1836. Preciso es confesar que en tan largo lapso de tiempo escasearon las producciones en ese terreno; aun más, puede afirmarse que muy pocas han de ser consideradas de gran importancia. E l primero de los escritores que deben tener aquí puesto señalado, es el P. Félix de Alam ín, quien aun vivía, ya nonagenario, en 1727, (34) Se imprimió con este título: Novena de María Santísima, Madre de Dios y amparo de los pecadores, con el dulcísimo título de Pastora Divina de las almas, escrita por un religioso capuchino del Seminario de Misioneros de Toro. Año de 1788. Se reimprimió en Zamora en 1840 y en 1865 (C e sá re o F ern án­ dez D u ró , Colección bibliográfica-biográfica de noticias referentes a la pro­ vincia de Zamora, Madrid 1891, 98, 310, 316). (35) Las dos ediciones se hicieron en Madrid, 1832 y 1833. (36) Madrid, 1831; se imprimió de nuevo en Sevilla, 1903. (37) Ibíd., 37-8. La establecida en San Antonio del Prado tenía estatutos propios impresos: Constituciones de la Congregación del Santísimo Sacramento y Divina Pastora, erigida en la iglesia del convento de Rdos. PP. Capuchinos de San Antonio del Prado de esta corte, Madrid, 1833. (38) La de San Antonio del Prado se encuentra actualmente en San Jeró­ nimo el Real, de Madrid, y la imagen pequeña, que se utilizaba en las proce­ siones, se halla en una casa particular de un pueblo de La Coruña; la de Rueda, también en poder de una persona particular de Madrid, y lade Toledo en una parroquia de la ciudad.

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