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VIDA ESPIRITUAL EN LA PROVINCIA 437 gracia para el V iacrucis que se hiciese comenzándolo en nuestras iglesias y continuando por las calles o explanadas adyacentes y regresando al templo (22). Pareja con esa devoción corría la que se profesaba a la Sma. Virgen, sobre todo en el misterio de su Inmaculada Concepción. Hicimos notar en otra parte lo relativo a esto, y que se practicó en el siglo x v n (23). Agregamos ahora cómo los Lectores, antes de in iciar el ejercicio de su cargo, venían obligados a hacer la profesión de fe, y además, «según práctica de toda la Religión Seráfica, harán también voto expreso de defender el sagrado misterio de la Concepción Inmaculada» (24). A si­ mismo a los predicadores se les ordenaba que, antes de comenzar el sermón, dijesen en alta voz la consabida fórmula: «Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento y la Concepción Inmaculada de la Virgen María», etc., lo que venía a ser una explícita confesión de fe en el misterio de la Concepción Inmaculada de María (25). En febrero de 1751, a petición del P. Provincial de Castilla, el Patriar­ ca concedía 40 días de indulgencia a los que rezasen o cantasen los gozos de la Purísima Concepción «después del Rosario cantado, todos los sába­ dos, vísperas o fiestas de Nuestra Señora» en nuestras iglesias conven­ tuales, señalando además las ermitas de la Paz, en la huerta de E l Pardo, otra en la de San Antonio del Prado e igualmente en la de Toledo. En la petición se añade que «estaba establecido cantar los gozos» (26). A sí se practicaba efectivamente en E l Pardo. Todos los sábados los religiosos se trasladaban procesionalmente a la enunciada ermita de la Paz, donde se cantaban la Salve y los gozos, acto al que asistían también los segla­ res. Lo propio tenía lugar en Jadraque. También los religiosos iban los sábados en devota procesión a la capilla de Nuestra Señora de Castejón, contigua a las paredes del convento, y a llí se cantaban solemnemente la Salve y los gozos (2 7). Estos gozos no eran ni más ni menos que los conocidos y que hasta hace unos años se acostumbraba cantar los sába­ dos después de la Salve y que comienzan: «Con gozo y con alegría», que fueron antiguamente muy divulgados entre los fieles (28). Finalmente, un hijo de Castilla, el P. Nicolás de Bustillo, General que fue de la Orden, siendo sólo Definidor por las provincias españolas, con­ siguió, en 1795, autorización del Papa para celebrar la fiesta de la D ivina (22) Ibíd., 339. También se hace notar que se consiguió a instancias del P. Coiindres. (23) Boletín Oficial de la Provincia de Capuchinos de Castilla, 1954, 155-59. (24) Ceremonial seráfico, II, 213. (25) Ibíd., II, 271. (26) Petición del P. Provincial, 23 febrero 1746, y concesión del Patriarca (APC, 33/61). (27) Juan C a ta lin a G a rcía , Relaciones topográficas de España. Relaciones de pueblos que hoy pertenecen a la provincia de Guadalajara..., en Memorial histórico español, t. 41, Madrid 1903, 281. (28) Así lo consigna el P. Ajofrín, recogiéndolos en su curioso manuscrito Tolle et lege, BN., ms. 3967

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