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VIDA ESPIRITUAL EN LA PROVINCIA 433 Un religioso de la provincia de Castilla, benemérito por su ciencia y cargos desempeñados e insigne por sus virtudes, el P. Faustino de La Nava, tradujo e imprim ió en Roma, estando allí de Secretario por la lengua española, el librito: Ejercicios diarios de seráfica devoción practi­ cados y de propia mano escritos por San Fidel de Sigmaringa, Capuchi­ no (10 ). También este libro fue utilizado por muchos religiosos y sirvió admirablemente para fomento de su piedad. Hemos visto asimismo nume­ rosos ejemplares en bibliotecas públicas y privadas y la mayoría de ellos llevan el nombre de algún religioso particular, lo que prueba que lo tenían para su uso y lo utilizaban con frecuencia en beneficio de su devoción. Llama la atención que la provincia de Castilla imprimiese por su cuenta del mismo modo este pequeño opúsculo que debió difundirse mucho: Noticia del feliz tránsito del V. P. Fr. Feliciano de Sevilla, Misio­ nero Apostólico, hijo de esta provincia de Menores Capuchinos en los reinos de las Andalucías..., que participa a todos los conventos de su provincia y hermanos espirituales el P. Fr. Felipe de Málaga, predicador capuchino y Guardián del convento de Granada, junto con carta que le dejó el venerable difunto, la que se imprim ió en 1722, y ese mismo año se reimprimió en Valladolid «a expensas de los Capuchinos de esta ciudad» (1 1 ). La lectura de esta carta, llena de fervor y pletórica de entusiasmo apostólico, fue sin duda también incentivo de esos mismos sentimientos en los religiosos, particularmente en aquellos que se dedi­ caban con la máxima actividad a la predicación de misiones populares. Fue sin duda por esas razones y para utilidad de sus religiosos que la provincia de Castilla se decidió a efectuar esa impresión. Por otra parte los Capuchinos castellanos, al igual que, en general, todos los españoles siguieron alimentando su espíritu y su piedad con la lectura de los escritores místicos que habían florecido en el siglo anterior. Prueba de la estima en que eran tenidos la ofrece el P. Manuel de Jaén, (APC, 5/19). Como allí mismo se anota, el P. Sanz explica la Regla seráfica por medio de preguntas y respuestas, lo que era práctico y asequible a todos. La obra del P. Sanz López tiene por título: Compendio de la doctrina regular y mística, más necesaria y útil a los Frailes Menores, 2 vols., Murcia, 1770. (10) Su título exacto es: Exercicios de seráfica devoción practicados y pro­ pia mano escritos por San Fidel de Sigmaringa..., traducidos del original latino en lengua castellana por un Religioso del mismo Orden, hijo de la Provincia de las dos Castillas, Secretario General en Roma por las Provincias de España y Cerdeña, Roma, 1756. El P. Francisco de Ajofrín en: Compendio de la vida y virtudes de San Fidel, Madrid, 1786, 347, dice: «Los tradujo al castellano el Padre Fr. Faustino de la Nava, hijo de esta Provincia y Secretario General, aunque por humildad no puso su nombre.» Posteriormente hizo de esta traducción una segunda impresión, añadiéndole un breve compendio de la vida de San Fidel, el P. Jerónimo José de Cabra, Ecija (s. a.), 16 hjs., 271 pp. Hemos visto un ejemplar en el Arch. Prov. de Ca­ puchinos de Andalucía. (11) Consta sólo de 16 pp., las mismas que tenía la primera (B. Acad. de la Historia, 9/2316, n. 7, y 9/3420, n. 7). 28

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