BCCCAP00000000000000000000156

L O S E S T U D IO S EN LA PR O V IN C IA 4 2 9 p o r el P. G ervasio en filosofía y p o r el P. Bolonia en teología (55). Y así llegamos a 1800 en qu e vemos cómo uno s L ectores en señan filosofía po r el P. G erv asio m ien tras otro s lo hacen po r el P. F erraris, y a su vez en teología uno s p refieren al P. Charm es y en cam bio otros al P. Bolonia (56). Esa m ism a d iv ersid ad d e pareceres se adv ierte en los siguientes años h asta 1807, en qu e el a u to r p referid o es el P. Bolonia (57 ), y esa m ism a p referen cia deb ió co n tin u arse en los siguientes años, incluso después de la gu erra de la In d ep e n d en cia, p o r lo m enos h asta 1832, en qu e nos consta se exp licab an filoso fía y teología p o r el P. Bolonia (58). 5.— En p u n to de do ctrin as y escuelas seguidas se o rd en ab a en el d ecreto del D efin ito rio G en eral (6 o ctu b re 1757): «E n la en señ an za de la filoso fía no siga el P. Lector a los filósofos m odernos, ni sus opiniones p articu la re s, sino qu e, aten iéndo se al consejo de nu estras Constituciones, deb e en señ ar la do ctrin a d e San B u enaven tu ra, o, si faltaren libro s que de ella tra te n , la de E scoto, que ha sido acep tad a en toda la O rd en M ino rítica; si tam poco esto fuere posible, enseñe la m ás confo rm e con ella. No es decoroso, sin em bargo — añ ad ía— , igno rar las cuestiones que suelen d eb atirse y están en boga en el siglo, po r lo cu al tam bién el P. L ecto r exp o n d rá la d o ctrin a de los m od erno s, m an ifestará el pro y el co n tra , y re fu ta rá sus erro res» (59). T o can te a la p rov in cia de C astilla, ya expusim os en o tro lug ar cómo se h ab ía seguido en el siglo x v n las do ctrin as filosóficas del Seráfico D octo r. A fines del citado siglo y bastan tes años del x v m se tuvo por texto el cu rso filosófico del P. M artín d e T o rrecilla, pero este au to r es in d ep end ien te, ecléctico, sin sujetarse a escuela d eterm in ad a (60). Pos­ terio rm en te la en señ an za así de la filosofía como de la teología se dio p o r el cu rso del P. G ervasio, qu ien igualm ente es ecléctico e ind ep en ­ d iente, no siguiendo afe rrad o las opiniones tom istas como tam poco las escotistas, sino qu e en las cuestiones d ispu tad as ta n p ro n to sigue al D octo r Angélico como al Sutil. P or o tra p arte, al ser retira d o el texto del citado au to r capu ch ino en 1768, se escogió el P. D u p asq u ier, esco- tista, p a ra la en señ an za de la filosofía, y p ara la teología escolástica o dogm ática, el P. Bolonia, escotista tam bién , y al P. Charm es, igualm ente escotista, p a ra la m oral. P o steriorm ente, según Se indicó , fue el P. Bolo­ n ia el a u to r p referid o h asta la exclaustración de 1836 así p a ra la ense­ ñ an za de la filosofía como p ara la teología. P o r lo ta n to , podem os afirm a r q u e d u ran te todo este tiem po qu e his­ toriam os, 1701 a 1836, se siguió generalm ente en la provincia de Castilla en la enseñan za de la filosofía la escuela escotista, qu e su p la n tó a la bona- (55) VA, 568-9, 582-4. (56) lbíd., 628-30, 679-80. (57) lbíd., 689-93, 697-99, 701-2, 710-12, 714-15, 725-28. (58) Carta del P. Provincial de Castilla, Lino de Cantalapiedra, 2 julio1832, al P. Procuradot General de la Orden (Arch. Gen., sectio 13, Castilla). (59) Cfr. el tantas veces citado decreto del Definitorio General, 6 octu­ bre 1757, en P o b la d u r a , 257, n. 14. (60) Cfr. tomo I, 305.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz