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4 2 0 LA P R O V IN C IA DE F F . M M . C A PU C H IN O S DE C A ST IL L A prosiguiese a u n la en señ an za de la lengua la tin a p ero sólo p o r u n a h o ra dos veces a la sem ana (3). Y eso m ismo se h a ría el te rc er año , en el que se exp licab an los lib ro s de Generatione, Corruptione, los cu atro de Meteo- ris, los tres de Anima y la Metaphysica (4). R especto a la teología no se establecía en la P rov incia cosa especial, sino que se h acía su estudio en con fo rm id ad con lo p rescrito po r el Defi- n itorio G en eral. En consecuencia, los Lectores, al com en zar el curso, exp licarían an te todo los prolegóm enos de la teología, « co n tin u an d o luego con los tratad o s de actibus humanis, peccatis, legibus, jure naturae et gentium, jure positivo, justitia, censuris, poenitentia, matrimonio, y cada tres o cu atro días enseñen tam b ién teó rica y p rácticam en te, al m ismo tiem po qu e lo an terio r, la R etó rica o E locuencia sag rada. T odo s estos tratad o s se estu d iarán en u n b ien io , y de todos ellos h a b rá exam en ter­ m in ado dicho bienio. En los otro s dos años se e stu d ia rá n los tratad o s de Deo uno et trino, homine, angelis, Incarnatione, gratia, virtutibus theolo- gicis et moralibus, y el tratad o de Sacramentos en general y de cada uno de ellos en p a rtic u la r; de todos estos tratad o s h a b rá tam b ién exam en, term inado el segundo b ien io» (5 ). Lo m ismo d ispon ían los superiores de Castilla, pero añ ad iendo qu e d u ran te la teología se con tinuase la ense­ ñ an z a de la lengua la tin a y ju n tam e n te se explicasen H um an id ad es y R etó rica (6). E l estud io ta n to de la filo so fía como d e la teología fue así p ro g ra­ m ado p a ra tod a la O rd e n , en 1757, p o r el D efin ito rio G en eral. Q uerem o s no ob stan te h acer con star qu e todo eso venía haciéndose ya en C astilla con m ucha an terio rid ad . Así, p o r ejem plo, en 1747 el P. Lector, C lem ente de San M artín , h ac ía con star, al h acer el in form e sobre trece de sus discípulos p a ra o b te n er el títu lo de P red icado r, qu e todos h ab ían cu r­ sado « p arv am m agn am que Logicam , Physicam et M etaphysicam , scho- lasticam et m o ralem Theologiam p e r septem a n n o rum cu rricu la» (7). Sabemos tam b ién p o r otro s testim onios qu e, ju n tam e n te con la teología, se estu d ia b a la sagrada E scritu ra (8). Y así, con ese m étodo en cursos y asign atu ras, se con tinuó h asta el tiem po de la ex clau stración (9). En cu an to a los estud ian tes, es n a tu ra l que no todos p u d ie ra n seguir los cursos. E fectiv am ente, unos era n retirado s p o r inh áb iles, m ientras otros lo h acían v o lun tariam en te, vo lviendo a con tinu arlo s algún tiem po (3) Ibíd., n. 14. (4) Ibíd. (5) Ibíd., n. 15. (6 ) Cfr. e n P a la z u e lo , 2 7 0 . (7) Certificado dado por el mencionado religioso, 4 agosto 1747 (Archivo General, G-a, Castilla). ( 8 ) Carta del P. Fidel de Albalate al VicarioEclesiástico de Madrid, 12 abril 1836 (Archivo del Obispado de Madrid, Vicaría Eclesiástica, Sala 4a., leg. 8 , «Capuchinos»), (9) Son muchos los testimonios que lo confirman, sobre todo de los Padres exclaustrados en 1836, que así lo hacen constar en sus cartas al Vicario Eclesiás­ tico de Madrid (ibíd.).

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