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4 1 8 LA P R O V IN C IA D E F F . M M . C A PU C H IN O S D E C A ST IL L A A lo expuesto hem os de a ñ a d ir que no con sta q u e en C astilla se haya exigido a los cand id ato s asp iran tes al sacerdocio estud ios p rev io s p ara ser adm itido s en la O rd e n . N o o b stan te el P. C olind res, siendo G en eral de la O rd e n y al v isitar p o r vez p rim e ra la p rov in cia, m a n d a b a q u e el P ad re P rovincial no adm itiese o enviase al nov iciado a n ad ie p ara coris­ ta sin antes ser exam in ado de G ram á tica , exigiéndole que al m enos fuese «capaz de co n stru ir fácilm en te las lecciones del b rev iario y de exp licar en españo l p u n tu a lm e n te lo qu e ellas d icen en latín » (37 ). Es cosa ra ra qu e, hab iéndo se recogido en el C erem onial seráfico d e 1774 casi todo el con ten ido de las ordenaciones d adas p o r el P. C o lindres, no se consigne en aquél n a d a de lo dicho y m enos aú n se exija ese conocim iento de la G ram ática la tin a como cond ición p rev ia p a ra ser adm itido s. 6.— P recisam en te p a ra que esa in stru cció n p u d ie ra ser luego com ple­ ta d a, ap a rte de aten d e r m ejo r a la fo rm ación esp iritu al y religiosa de los co ristas, se estab lecieron p o r el P. C olindres los llam ados S em inarios de nuevos, en los qu e no sólo se en señ ab a la G ram ática estrictam en te tal sino adem ás otras asign aturas accesorias. P o r o tra p a rte en el térm ino de G ram ática, en tend iendo siem pre la la tin a , ib a com p rend ido el estudio de las reglas g ram aticales, las declinaciones, conjugaciones, géneros y p re ­ térito s (38). Pero no vaya a creerse qu e todo eso fue un a nov ed ad p o r esos años en la P rov incia, sino qu e el estud io de la G ram ática, p rev io al d e la filo ­ sofía, se ten ía ya estab lecido con an terio rid ad m ás o m enos rigu rosam en te. Así, po r ejem plo, en 1705 se d eterm inó qu e dicho cu rso de G ram ática se cam biase del conv ento de E l P ard o al de Segovia, y qu e no se le diese tal nom b re sino el de Letras humanas « p ara ob v ia r el rep a ro de los seglares discretos de si se recib ían o no al h á b ito los qu e no sabían la tin id a d » (39). R epetim os u n a vez m ás que, pasado s esos tres años de estud io s gram a­ ticales y de form ación, los cand id ato s su friría n u n rigurosos exam en ante los PP . D efin idores; los qu e era n ap rob ado s, p asab a n , p o r o rd en de p ro ­ fesión, a cu rsa r filosofía, m ien tras qu e a los no su ficien tem ente in stru ido s se les señalaba u n Lector qu e les diese clase d u ra n te año y m edio; pasado ese tiem po, eran som etidos a nuevo exam en y seguidam ente era n prom ovidos al estud io de filosofía, si se les ju zg ab a suficientem en te ins­ tru ido s (40 ). (37) Ordenaciones del P. Colindres, de 1763, n. 12, y Compendio de las or­ denaciones generales, cap. X I, n. 2. (38) Decreto del Definitorio provincial de Castilla sobre los estudios, 22 fe­ brero 1758, en A n d r é s d e P a la z u e l o , O. F. M. Cap., Vitalidad Seráfica, segunda serie, Madrid 1931, 269. (39) VA, 82. (40) Cfr. el decreto del Definitorio general, 3 agosto 1754, «De juvenibus religiosis ad studia promovenda», en M e l c h i o r a P o b la d u r a , O. F. M . Cap., Lit- terae circulares Superiorum Generalium O. Fr. Min. Capuccinorum (1548-1803), Ro- mae 1960, 238, n. 3; también el citado del Definitorio de Castilla, en P a la z u e l o , 269-70; VA, 235, 248.

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