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3 9 2 LA P R O V IN C IA D E F F . M M . C A PU C H IN O S D E C A S T IL L A ta riaro n cerca de 500 cu ad ro s qu e entonces h ab ía en el conven to e igle­ sia de El P ardo (44). T am b ién el de T oledo tuvo la categoría de Convento R eal. E stab a p are d p o r m edio con el A lcázar; cu ando los reyes v en ían a la Im p eria l C iud ad y se ho sp ed ab an en éste, o ían m isa desde u n a de las trib u n a s q u e d ab a a la iglesia de los C apuch ino s, iglesia con títu lo de colegiata, d ed icad a a S anta Leocadia. Po r eso m ismo todas las o b ras y rep araciones c o rrían p o r cu e n ta del rey, pero tam poco se p erm itía rea liza r ningun a sin co n tar con el regio b en ep lácito . E n su iglesia o, p o r m ejo r decir, en la cueva de la S an ta, se efectu aron algunas de en sanche y de ad o rno en 1776 (45). E n este conv ento to led ano viv ían en mayo de 1809 31 religiosos de com un id ad , lo qu e p ru eb a era b astan te cap az; no es de e x tra ñ a r ese n úm ero pues en él h u b o siem p re algún curso d e estud ian tes (46 ). Pero tan to conven to com o iglesia fu eron to talm en te destru ido s p o r los fra n ­ ceses, sin q u e acertem os a señ alar el m otivo. P o r eso la ta re a fijad a a los sup erio res, fin alizad a aqu ella co n tien d a, no fue o tra qu e la de p ro c u ra r su recon strucción con la m áxim a u rgencia, com enzándola en 1816. De todos m odos no estab a n term inado s au n en 1825, si b ie n se tra b a ­ ja b a en ellos, haciéndose con star que p a ra esa fecha h ab ía ya de c om un id ad algunos religiosos en las pocas celdas existentes (47 ). Por o tra p a rte desde ese m ismo año ap arecen nom b rado s en las tab las cap itu lares G u a rd iá n y V icario , a u n q u e h asta 1829 no se pu so allí curso de filosofía (48). O tro de los conventos castellanos d estru ido s igualm ente p o r los fra n ­ ceses, casi en su to ta lid a d , fue el de S alam anca. E stab a em plazado en las afueras de la ciu d ad , próx im o a la llam ad a p u e rta de Z am o ra (49 ). El fam oso D . D iego de T o rres V illarro el, q u e fue terciario fran ciscano , sin tió p o r este conv ento y p o r sus m o rado res especial p red ilección . Los (44) Inventario de todos los efectos existentes en el Real Convento de PP. Ca­ puchinosde El Pardo, El Pardo, 21 agosto 1835 (APC, 27/76). De aquella riqueza artística pocos pudieron librarse de la rapiña y del robo de gente desaprensiva; todavía el despojo se completó en 1936, después del asalto efectuado por los rojos el 22 de julio del citado año. En los casi tres que estuvieron convento e iglesia bajo el dominio rojo desaparecieron, entre otras, la imagen de la Virgen de la Paz, la del Torneo, etc., así como un cuadro de San Antonio atribuido a Goya. Se han conservado el de F. Ricci, del altar mayor; el de San Fernando, de Jordán; uno atribuido a Ribera, otro a Zurbarán, etc. (45) Carta delarzobispo de Toledo, 25 agosto 1776, a M. de Roda, y del P. Guardián, Luis de Navalcarnero, 27 agosto 1776 (AGS, Gracia y Justicia, legajo 644). (46) Comunicado del P. Vicario General, Mariano de Bernardos, al gobierno intruso, Madrid, 25 mayo 1809 (AGS, Gracia y Justicia, leg. 1265). (47) Solicitud del P. Fermín de Alcaraz, 3 marzo 1825, 20 abril 1827 (Archivo del P. N. de Madrid, Sección Administrativa, Corporaciones Religiosas, leg. 3, «Capuchinos»), (48) ED, 324. De las imágenes y obras de arte de este convento ya se dijo algo en el t. I, 177. (49) Cfr. tomo I de esta obra, 73.

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