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3 8 6 LA P R O V IN C IA DE F F . M M . C A PU C H IN O S DE C A ST IL L A versos q u e unas veces era n recu erdo de las obligaciones religiosas y otras incentivos de la p ied ad (13 ). Con esos m ismos fines el d u q u e de M edina- celi h ab ía hecho im p rim ir unos cu ad ro s en los qu e se d a b a un resum en biográfico de los C apuch inos m ás d istinguido s de la O rd e n al igual que de la P rovincia (14). 2. H ech as esas b reves ano taciones, referirem o s ah o ra las obras m ás destacadas realizad as en algunos conventos de C astilla d u ra n te este siglo y m edio qu e h isto riam o s. Se con cretan a los conventos de San A n ton io , La Paciencia, El P ardo , S alam anca y T o ledo ; en los restan tes no sabem os se h ay an ejecu tado n i refo rm as ni am p liaciones de im p o r­ tancia. El convento dé San A n ton io del P ra d o fue siem p re el p rin cip al de C astilla; en él resid ió el P. P rov in cial, fue asim ism o colegio de e stu d ia n ­ tes y p o r o tra p a rte en él estab a in stalad a la en fe rm e ría general de la p rovincia. N o vam os a volver sobre lo dicho respecto a su recon stru cción lo m ismo q u e la de la iglesia, ob ras com enzadas en 1715; anotam os sólo las reform as efectuad as po sterio rm en te. N o sabem os se h ay an hecho en años po sterio res am p liacion es de en ­ v erg adu ra en el conven to ; los sup erio res d eb ieron calcu lar los diversos destinos del m ismo p ara no ten er luego qu e m od ificar al m enos n o ta­ b lem ente la edificación . A dem ás de resid ir allí los PP . P rovinciales y cuan tos religiosos ten ían cargos provinciales, de ser colegio de estud ian tes y en ferm ería, fue igualm ente custodia o cárcel general de la p rov in cia, donde eran recluidos aquello s religiosos qu e h ab ían com etido algún de­ lito, a fin de ser luego juzgados según el Modus procedendi, y, si era castigado a p erm an ecer en p risión u n tiem po d eterm in a d o , allí cum p lía su cond en a, p a ra lo cual h ab ía celdas dispuestas conv enientem en te (15). Q u erem os d estac ar del m ism o m odo la lib re ría de este convento. A p esar de que el com isionado p ara h acer el in v e n tario de los libros allí existentes afirm a (23 agosto 1809) qu e en d ich a bib lio teca no exis- (13) Es el mismo P. Ajofrín quien asegura en el ms. citado que las décimas y quintillas del mencionado Fr. Hilarión de Plasencia servían de adorno a los claustros conventuales. Copiamos a título de curiosidad dos de ellas: «Si pretendes, capuchino, de este mundo la victoria, no apartes de tu memoria aquel tema tan divino: muerte, juicio, infierno y gloria.» «El verdadero camino para nuestra salvación es la mortificación, y en el fraile capuchino, orar sin intermisión.» (14) Un ejemplar de todos estos cuadros impresos se encuentra en el archivo de la Casa de Medinaceli, Medinaceli, leg. 223, n. 18. De ellos hemos copiado los datos biográficos de Fr. Baltasar de Treviño y Fr. Ignacio de Zamora, qus damos en otro capítulo de esta segunda parte. (15) VA, 215

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