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LA PROVINCIA DURANTE LA GUERRA DE SUCESIÓN 17 presidente de Castilla, salían igualmente desterrados el primer Defini dor, P. Antonio de La Puebla, a Pamplona, y el segundo, P. Agustín de Oviedo, a Sevilla ( 29 ). De momento no fue castigado con la misma pena el P. Provincial, Mateo de Consuegra, pero sí después, saliendo de la corte al convento de Villarrubia, no pudiendo por eso asistir, como tenía derecho, al Capítulo de 1713 ( 30 ). Los tres religiosos mencionados no pudieron regresar a Madrid hasta 1715 , una vez terminada la guerra de sucesión. Fuera de lo indicado, nada más hay que señalar de importancia que haya tenido lugar durante los tres años que el P. Consuegra gobernó Castilla, años calamitosos en extremo y en todos los sentidos. Todo ello culminó en los sucesos que a continuación referimos y que ocurrieron al celebarse el nuevo Capítulo provincial. El cronista comienza por advertirnos que este Capítulo no se celebró en Madrid, sino en El Pardo, y añade: «De cuyas circunstancias, por la turbación lamentable de los tiempos, pudiera decirse mucho y sólo se anotará lo que pudiera conducir para semejantes lances en lo futuro.» El mismo consigna que, cumpliéndose el trienio del P. Consuegra en octubre de 1711 , éste envió citatorias para celebrarlo el 26 de noviem bre. Poco después quedó retrasado para el 16 de enero próximo «por varias razones que concurrían, en bien de la provincia, servicio del rey nuestro señor y alivio de los capitulares, que era preciso padecer algunos mucho caminando en el rigor del Adviento». Una tercera cita toria fijaba la fecha de su celebración el 18 de diciembre de aquel mismo año 1711 , y en esta fecha tuvo lugar efectivamente. Abierto el Capítulo y antes de procederse a las elecciones, el presi dente del Consejo, Sr. Ronquillo, presentó una lista en la que proponía solamente a tres para Provincial, ocho para Definidores y cuatro para Custodios. Los restantes capitulares no podían ser elegidos, porque así convenía al servicio del rey, con la particularidad de que el P. Provin cial, así como tres de los Definidores que resultaron elegidos, pero que estaban en la lista, no eran del gremio capitular. Ni que decir tiene que los vocales acataron en un todo las órdenes de Ronquillo. El cronista añade que «todas estas propuestas dichas e intervención del Sr. Presi dente de Castilla en el presente Capítulo se fundaron en los informes y noticias que tenía S. E. sobre si los capitulares eran afectos o no al Sr. Felipe V, nuestro rey, que Dios guarde, punto que con grandes mortificaciones y baldones padecían mucho los Capuchinos, máxime con las noticias de aragoneses y valencianos, de quienes hablaban muy mal los soldados». Y agrega: «Sobre los informes que tenía el dicho señor Presidente de Castilla para tanta intervención en el Capítulo, excluyendo a unos y proponiendo a otros, se sabrá el día del juicio, porque, no queriendo decir ninguno es desleal vasallo, sólo Dios sabe (29) Ibíd., 102. (30) Ibíd., 118. El P. Consuegra falleció bastante más tarde, el 2 de diciembre de 1730, en el convento de El Pardo ( Necrologio, 316). 2
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