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LOS RELIGIOSOS EN LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA 321 bién a todos los buenos españoles, exhortándoles a que tengan unión espiritual y política en contra de los franceses. Su contenido parece en realidad de verdad una proclama en contra de los invasores de la patria. A las mencionadas añadió el P. Solchaga una tercera que se impri­ mió y que tituló: Apología Regular. De matiz político y en parte tam­ bién religioso, viene a ser una llamada al pueblo español a la lucha y a la unión, y juntamente una nueva y más enérgica protesta contra el abuso de la libertad de imprenta, al permitirse la publicación de perió­ dicos y libros de ideas antirreligiosas, liberales, revolucionarias, opues­ tos a la moral (42). Por último, publicó un escrito que él titula Representación, impreso en Cádiz en 1813, en aquellos momentos cruciales en que las Cortes pretendían llevar a cabo la reforma de los regulares, pero sin contar para nada con ellos ni con sus prelados. Hace una apología de los religiosos poniendo ante la vista de los diputados cuanto los frailes habían hecho justamente en aquellos momentos y en la actual y heroica lucha contra los invasores de la patria, hechos y realidades que todos conocían perfectamente y que en modo alguno podían negar (43). Y cerramos este capítulo haciendo la apología de otro capuchino castellano que, obligado por las circunstancias a emigrar a Palma de Mallorca, luchó allí con denuedo y valentía en el púlpito y con la pluma contra la libertad de imprenta, la difusión de libros y papeles liberales y antirreligiosos, y asimismo a favor de la Inquisición; fue el Padre Daniel de Manzaneda. Huyendo de los franceses, se había refugiado en Andalucía, de don­ de marchó por idéntica causa, arribando por mar a Mallorca (24 de febrero de 1810). Allí se dedicó de lleno al ministerio de la predicación, ocupando durante tres años distintos púlpitos de la ciudad con acepta­ ción del pueblo y aplauso de los sabios; todos veían en él un acérrimo defensor de la pureza de la religión. El P. Manzaneda era excelente predicador, prueba de ello es que fue elegido para predicar en la cate­ dral de Palma de Mallorca en la función religiosa allí celebrada con motivo de la victoria lograda por los españoles en Arapiles (22 de julio de 1812) (44). El Cabildo lo eligió para que predicara también santa Cusa Nacional, y a cuantos sean de su único buen partido el M. R. P. Fr. Francisco de Solchaga, Predicador del Rey Ntro. Señor Dn. Fernando VII (que Dios prospere) y Mtro. Vicario Provincial de Capuchinos de las dos Castillas; desde la ciudad de Cádiz. Año 1811, ms., 1 hj, 15 pp. (BN, ms. autógrafo, 20.264/12). (42) Cfr. nota 5. (43) Cfr. nota 32. (44) Lleva esta portada: El Fabio de España. Lord. Conde Wellington, Duque de Ciudad Rodrigo. Oración que en acción de gracias por el triunfo de las armas inglesas, españolas y portuguesas, y la libertad de la corte de España, dijo en la Iglesia catedral de esta ciudad el día 30 de agosto del presente año..., Palma 1813. El P. Daniel era natural de Manzaneda (León); salió de Madrid el 4 de di­ ciembre de 1808, refugiándose en el convento de Calzada de Calatrava, del que 2 t

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