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LOS CONVENTOS EN LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA 311 único que había en el pueblo. Debieron tomar en seguida posesión del mismo, por cuanto se enviaron luego religiosos con su Guardián, el P. Hi- ginio de Rioseco, para hacer las necesarias reparaciones (45). El cronista dice del convento de Jadraque que se había dado orden al P. Guardián, en 1813, para que tomase posesión, pero estaba tan «derrotado que no era posible habilitarlo en mucho tiempo», por lo que se dispuso reducirlo a hospicio o residencia, lo que igualmente se hizo con el de Villarrubia (46). También quedó en muy mal estado el de Tarancón. A fines de 1813 se dio posesión del convento a los religiosos, pero, estando inhabitable, la villa pidió al P. Provincial se hiciese un hospicio con cuatro religiosos sacerdotes, lo que les fue concedido, habilitándose una casa del pueblo a tal objeto (47). Ya dijimos que el convento de Toledo quedó totalmente demolido; la misma suerte que corrió el de Salamanca; no obstante, se designaron, al terminar la guerra, Guardianes de uno y otro para que gestionasen su reedificación (48). El convento de La Paciencia fue uno de los que peor suerte corrie ron; los destrozos y desperfectos que sufrió fueron extraordinarios. Por otra parte, una vez que marcharon los franceses, se apoderaron los alabarderos del edificio y allí continuaron viviendo unos 40 con sus respectivas familias. Se entregó oficialmente a los Capuchinos a fines de 1813 (49), pero, no obstante las varias solicitudes hechas, no se consiguió marchasen los alabarderos hasta fines de noviembre de 1815. De todos modos, el 25 de octubre ya habían comenzado las obras de reparación y a primeros de diciembre pudieron pasar a vivir en el con vento algunos religiosos. Poco a poco se fueron arreglando las celdas y dependencias del convento e incluso la capilla del Smo. Cristo, que se abrió solemnemente al culto el 1 de marzo, primer viernes, de 1816, con asistencia del rey y del infante D. Carlos, celebrando la misa el Padre Provincial y predicando el P. Fidel de Piñera, predicador de Su Majestad. Se continuaron las obras de reparación de convento e iglesia; ésta se abrió al culto el 4 de octubre de 1817. Sin embargo, la solemne octava en honor del Smo. Cristo de la Paciencia, que comenzaba el 17 de septiembre, no pudo celebrarse hasta 1818 (50). (45) Ibíd., 737; AHN, Consejos, leg. 12.027. (46) VA, 737. (47) Ibíd. (48) Ibíd. (49) Ibíd. (50) Cfr. Inventario... de los instrumentos del Archivo del convento del San tísimo Cristo de la Paciencia, ms., ff. 65-67, noticias del P. Eustaquio de Cervera, 20 mayo 1818 (APC, 31/5).
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