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298 LA P R O V IN C IA DE F F . M M . C A PU C H IN O S D E C A ST IL L A cauces a la o rato ria sag rada, p rim ero , con su p red icació n sencilla, llen a de u n ción , suave y atray en te, rehuy endo y desechando tod a afectación, las ridiculeces qu e antes se ac o stum b ra b an p a ra im p resio n ar al aud ito rio , incluso p o r los g randes m isioneros, com o el P. C alatayud , S. J., y po ste­ rio rm en te, con la pub licación de sus serm ones, qu e consigu ieron u n a g ran difusión po r tod a E sp añ a y q u e sirv ieron d e arsen al y modelo a los p red icado res d e su tiem po y a los de v arias generaciones más. 4. N o hem os enum erado , e n tre los p red icado res an terio res, a los qu e ten ían títu lo de p red ic ad o r del rey. Lo fu ero n estos años solam ente los PP . José de C audete y José de V iguera; el p rim ero falleció en jun io de 1799 (8), m ien tras que el P. V iguera le sobrevivió pocos años; su m u erte o cu rrió en el conv en to de San A nton io poco después de 1802 (9). El 12 de noviem bre de 1797 salió u n a rea l o rden en qu e se d ispon ía q u e en adelan te sólo d ebía te n er títu lo de p red ic ad o r de S. M . u n o de cada O rd e n religiosa «d eb iendo rec aer el nom b ram ien to en religiosos calificados y condecorados de ella, sin que las m ism as religiones adqu ie­ ran d erecho a que un in d iv iduo suyo sea p red ic ad o r de S. M ., pu es el n om b rarle o no d ep end e de su real vo lu n ta d » (10). P o r esa razón , al fallecer el P. V igu era, fu e designado el P. F rancisco de Solchaga; no sabemos la fecha exacta del nom b ram ien to , pero ya era a fines de 1805 (11) y siguió d isfru tan d o de este títu lo h asta su m u e rte en 1823. A dem ás, en 1807 p id ió la concesión de ta n ho n o rífico y m erito rio títu lo el P. Fidel de P iñ era, p red ic ad o r y m isionero apostólico, qu ien en esa fecha req u e ría perm iso del P. V icario general, M ariano de Ber­ n ard o s, p a ra solicitarlo. A lega sus m érito s, e n tre o tro s, h a b e r cu rsado en la U n iv ersid ad de O viedo nu ev e años de filosofía, leyes y cánones, siendo g radu ado en las dos ú ltim as fac u ltad e s, h ab ien d o te n id o asim is­ m o en la m en cion ad a U n iv ersid ad vario s actos, así como en la A cade­ m ia de Leyes de la que era ind iv iduo . Agrega q u e, u n a vez tom ado el h á b ito capu ch ino , h ab ía seguido los estud ios eclesiásticos y hecho oposiciones a cáted ras con ap robación de todos los ejercicios: qu e d u ran te 20 años h ab ía ejercido con gran frecu en cia el m in isterio de la p red icación en V alladolid, S alam anca y Segovia, y, en los diez últim os años, en la co rte con un iv ersal acep tación, en especial del T rib u n al S uprem o de la Inq u isició n , en d iferen tes m isiones y novenas, p o r lo q u e se le h ab ía con cedido el títu lo de M isionero apostólico, siendo b ien p ú b lic a y n o to ria su ap licación al p ú lp ito y confesonario (12). P ero (8) Necrologio, 145; V A , 687. (9) Necrologio, 124. (10) U n ejemplar de esta real disposición se halla en el Arch. Gen. de la O r­ den. G-62 (1693-1888). (11) C fr. Guía del estado eclesiástico seglar y regular de España para el año 1806, Madrid (1805), 18; pone al P. Solchaga entre los predicadores del rey. (12) Archivo del Palacio Nacional de Madrid, Personal. Predicadores de S. M. supernumerarios, P-40: Solicitud del P. Piñera al P. Vicario General (2 abril 1807) y permiso concedido por aquél (Madrid, 10 abril 1807).

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