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A C O N T E C IM IE N T O S EN L O S AÑO S 1802 A 1808 289 de la D iv in a P asto ra (11 de enero de 1806), se hace n o ta r se concedía «a p etición del Rm o. P. F r. N colás de Bustillo, M inistro G en eral de la O rd e n d e C apuch ino s de S an F rancisco» (28 ). A dem ás, h asta el 20 de m ayo de 1806 no designó el P ap a nuevo M inistro G en eral en la persona del P. M iguel Angel de Borgo S. S epolcro (29). No o b sta n te el n om b ram ien to del P. F rancisco de C aland a, V icario gen eral de los C apuchino s españoles, el P. Bustilló siguió con sid erán ­ dose revestido d e la a u to rid ad de su p e rio r de to d a la O rd e n ; u n a p ru e b a es qu e seguía firm an d o como tal los títu lo s de p re d ic a d o r (30). En cam b io , en op in ión del C ard en al A rzob ispo d e T o ledo , V isitado r apostólico de los religiosos, h a b ía cesado en sus facu ltad es, según indicam os, y a su vez lo m a n ifesta b a así escrib iendo al P. P rovincial de C astilla a p rim ero s de ju lio de 1805, poco después del fallecim iento del P. C alanda: qu e h asta nu ev a elección d e V icario g eneral «se rec u rra p o r lo to can te a la O rd e n al S eñor N un cio y, p o r lo to can te a la san ta v isita y refo rm a, al Emm o. Sr. C ard en al A rzobispo» (3 1 ). A eso se añ ad e que el m ism o P. M ariano de B ernardos, nuevo V icario general, d eb ía estar firm em en te p ersu a d id o de qu e su au to rid ad , respecto d e los C apuchino s españoles, era om n ím od a y p o r encim a del P. Bustillo; a ello le d ab a pie lo qu e le decía el C ard en al A rzobispo. A su vez y p o r eso m ismo se creyó con facu ltad y en el d eb e r d e d irig ir a todos sus súbd ito s, al m ism o tiem po qu e les com un icab a su nom ­ b ram ien to , o rd en acion es y exho rtaciones en las qu e an im ab a a los reli­ giosos a la fiel ob serv an cia regu lar, con firm ando y renov ando las dis­ posiciones d adas p o r los PP . G enerales C olindres, R adk esbu rg y Bus- tillo (32 ). D e todos m odos creemos que el P. Bustillo fue ten ido y deb ió serlo M inistro G eneral de to d a la O rd e n h asta el 20 de mayo de 1806, en qu e, como dijim os, fue designado p o r brev e del P ap a el P. M iguel de Borgo S. Sepolcro, q u ie n gobernó la O rd e n h asta sep tiem b re d e 1814, en qu e renun ció y fue n om b rad o , tam b ién p o r decreto de la S an ta Sede, el P. M ariano de A latri V icario g en eral (33). E n los prim ero s meses de gobierno del P. B ernardos n a d a ano rm al n i tam poco d igno de m en ción hay qu e an o tar. E n el brev e d e su nom ­ b ram ien to se decía qu e la a u to rid ad del V icario general sería «ad bene- p lacitum h u ju s S anctae Sedis», y se ex tend ía a g o b ern a r los religiosos a u n sin n ecesid ad d e socios o consejeros, y adem ás d en tro d e los (28) A rdales , 545, donde se reproduce el texto de la Congregación. (29) Lo hizo por el breve Inter ccietera (Bullarium, IX , 301-3). (30) V A , 712; consta que firmó en julio de 1805 los títulos de predicador a favor de varios PP. de Castilla. (31) Ibtd.; así lo decía por medio de su secretario. (32) Estas ordenaciones se conservan en el Arch. Provincial de Capuchinos de Cataluña, ms. 54. (33) M areto , Tavole, 252, 254; Bullarium, IX , 275; nótese que se le da el nombre de Vicario General, sin duda porque en la mente del Papa estaba el se­ guir con la alternativa, y ahora tocaba a un español el cargo de Ministro General. 19