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CA P ITU LO XXV I A c o n te c im ie n to s d e s d e 1802 h a s ta l a g u e r r a d e l a In d e p e n d e n c ia 1. Castilla bajo el gobierno del P. Francisco de Broto. — 2. El A rzobispo de Toledo, Visitador apostólico de las Ordenes religiosas. — 3. Los Capuchinos se retiran d e la Luisiana. — 4. El P. Miguel d e Santan­ der, obispo auxiliar de Zaragoza. — 5. El P. Nicolás de Bustillo reelegido General de la Orden. — 6. La bula «In ter graviores ».— 7. Provincialato del P. Francisco de Tolosa. — 8. Los Vicarios G en e­ rales. 1. C astilla celeb ró no rm alm en te C apítulo el 21 d e mayo de 1802, siendo elegido M inistro P rovincial el P. F rancisco de B roto, qu ien h ab ía ingresado en la O rd e n a los 32 años, siendo sacerdo te, tom ando el h áb ito capu ch ino el 7 de ab ril de 1774. Fue sucesivam ente V icario de Cubas, Lector, G u a rd iá n de V allado lid y D efin ido r. F alleció poco antes de cum p lir su trien io d e sup erio r, el 1 de m arzo de 1805 (1 ). D u ra n te esos años su cederían no pocos hechos im p o rtan tes, qu e in flu iría n p od e­ rosam en te en la m arch a de la prov in cia y en el régim en de los reli­ giosos. El P. B roto no dio nuevas o rd en acion es; se con ten tó con escrib ir un a ca rta circ u lar a los conventos, en la que in siste sob re la gu ard a de las o rd en acion es d ad as p o r el P. G en eral en su v isita de 1799, lam en tan d o al m ismo tiem po no se hub iese hecho caso a lo qu e allí se decía y m a n ­ d ab a acerca de la pob reza y ob ed iencia y respecto a la salida de los religiosos del conv ento . Y llam a la atención esp ecialm en te sobre el m anejo del d in ero , en qu e se h ab ían com etido excesos no tab les con escándalo de prop io s y ex traño s. Reconoce, p o r o tra p arte , la falta de perso n al, p o r lo que no era po sib le acep tar m uchos com prom isos de p re ­ dicación: «Po r estar tan falta la p rov in cia d e religiosos, com o es n o to ­ rio, no pu ed e igu alar con m ucho al qu e an terio rm en te h ab ía en cada conven to .» R ep rend e p o r ú ltim o muy sev eram en te la co ndu cta d e aq u e­ llos religiosos aseglarados, qu e, d eb iendo ser «un re tra to d e pen iten cia, de m o rtificación , de desprecio del m u n d o » y cu ando h a b ía tan to s m o ti­ vos p a ra h um illarse y ser « u n vivo ejem p lar de m odestia, de com pos­ tu ra , de reg u larid ad en n u estra s p alab ras y acciones», se com etían excesos en el tra to y pro ced er, «ten iendo u n a especie de com po stu ra y aire secu lar, muy ajeno a unos pob res am o rtajado s» (2 ). (1) Necrologio, 57. (2) Carta del P. Broto, San Antonio de Madrid, 20 junio 1802 (A P C , 6/33).

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