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278 LA P R O V IN C IA DE F F . M M . C A PU C H IN O S D E C A ST IL L A m en te todos los conventos « p o r las nuevas graves circun stan cias que co n c u rrie ro n a im p ed irlo». L lam a luego la aten ción sob re la g u ard a fiel de las o rd en acion es del P. C o lindres, com p end iad as p o r la D efin i­ ción en 1776, e insiste con rigo r en el m ás exacto cum p lim ien to d e la ob serv an cia reg u lar, y de m odo especialísim o e n todo cu a n to dice relación a los votos d e ob ed ien cia y pob reza, re p ro b an d o con fu ertes y severísim as expresiones los abusos qu e se com etían en re c ib ir d in e ro , como igualm ente la poca sum isión y acatam iento de m ucho s religiosos, lo qu e se h a b ía pu esto en ev idencia al celeb rarse el C ap ítu lo , n o qu e­ riendo uno s a c ep tar el oficio o cargo p a ra el qu e fu ero n elegidos, y rep u g n an d o otros m a rc h a r al convento a qu e fu ero n d estin ado s. R e­ p ru e b a adem ás algun as relajaciones qu e se v en ían in tro d u c ien d o en los últim os años, y b aja la m a n o a los lectores y m aestro s de estud ian tes p a ra qu e atendiesen con el m ayo r in terés a la in stru cción de sus alum ­ nos, p roh ib iéndo les te rm in an tem e n te la p red icación en tiem po de cu a­ resm a, alegando que la obligación y el encargo qu e se les h ab ía enco­ m end ado era de la m ayor im po rtan cia (33 ). Con la le ctu ra de las m en cionadas ordenaciones del P. Bustillo fácil­ m ente se advierte el am b ien te n ad a prop icio p ara desenvolverse la vid a religiosa, lo zan a y ex u b e ran te , de las com unidad es castellanas en las po strim erías del siglo x v m . A n te la im po sib ilid ad de reg resar a Rom a p o r circun stan cias po lí­ ticas, el P. Bustillo con tinuó en M ad rid ; siguió d esp ach ando desde el conven to de San A n tonio del P ra d o los asun to s de la O rd e n ( 3 4 ), y en M ad rid se en c o n trab a aún en enero de 1800, saliendo de la co rte el 8 de feb rero p a ra d irig irse a A nd alu cía a fin de h ac er la visita, q u e com enzó p o r el conven to de Jaén ; a m ed iado s de a b ril se en c o n trab a en Cór­ d ob a y a p rim eros de ju n io en A n teq u e ra, m a rc h an d o luego a G ra n ad a , d onde el 20 p resid ió el C ap ítu lo de aqu ella p rov in cia (35 ). F in alizad a la v isita a los conventos d e A nd alu cía, pasó luego a V alencia con el m ismo ob jeto , lleg ando el 10 de d iciem b re de 1800 al conven to de M urcia. T od av ía seguía en esta ú ltim a p rov in cia el 16 de m arzo de 1801, en qu e regresó a M ad rid p o r asun to s u rg en tes (36 ). (33) Ordenaciones de nuestro Riño. P. General para esta provincia de Cas­ tilla (A P C , 5/23). Con una carta del definitorio (26 agosto) fueron enviadas a los conventos en noviembre (V A , 688). (34) A llí se encontraba el 15 de septiembre de 1799, en que comunica al N u n ­ cio haber recibido la noticia oficial de la muerte de Pío V I , diciéndole había dado orden para que se le aplicasen los sufragios prescritos (A rch. Vat., Nunziatura di Madrid, v . 219). (35) V A , 689. Desde Córdoba (13 abril) escribe al Nuncio que había recibido su comunicado de la elección de Pío V i l (A rch . Vat., Nunziatura di Madrid, v. 219); Crónica manuscrita de este convento (Antequera), año 1800 (Archivo conventual). (36) Crónica de la Provincia de Capuchinos de Valencia, I I I , ms., pp. 557-569 (A rch . Prov. de Valencia).

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