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27 6 LA P R O V IN C IA DE F F . MM . C A PU C H IN O S DE C A ST IL L A a salud arle y p rese n tar su acatam ien to , y el 26 en tra b a en la cap ital, siendo adm itido tres días después a b esar la m ano al rey, au n q u e no pu d o cu b rirse de G ran d e de E sp añ a h asta el 11 de ju lio , haciéndo lo con aquellas solemnes cerem onias y a p a ra to qu e en ton ces se aco stum ­ b rab a , teniendo p o r p ad rin o al d u q u e de M edinaceli (26). C um plidos en M adrid los requ isito s y trám ites p ro to co lario s, el P ad re Bustillo com enzó a efe ctu a r la visita a los conventos de la p ro ­ vincia p a ra cono cer m ejo r las necesidades de los religiosos y p o d er d a r luego las convenientes o rd enaciones. Sin em bargo, n i p u d o v isitar todos los conventos p erson alm en te, n i p u b lic a r de m om ento o rd e n a ­ ción alguna, esp erando h acerlo después del C ap ítu lo qu e convocó y p resid ió el 26 de ab ril d e 1799. La v ísp era, ten iendo p resen te que el P ad re G en eral ten ía fac u ltad , en v irtu d d e u n b rev e po n tificio , p ara d esign ar p o r sí m ismo tan to el P rovin cial com o los D efin ido res, y que conocía p erfectam en te la situ ación de la p ro v in cia y cu alid ad es d e los religiosos q u e p o d ía n go b ern arla, todos los ca p itu lares, de com ún acu er­ do, ren u n c iaro n a sus derechos y se m a n ifesta ro n con form es en q u e el P ad re Bustillo hiciese la elección de los nuevos sup erio res, com o así se efectuó (27 ). 5. El P. Bustillo designó al P. F idel de La C alzad a p a ra M inistro P rovincial. Este religioso se o rd enó d e sacerdo te en 1766 y d esem peñó luego los cargos d e M aestro d e estu d ia n tes, Lector, G u a rd iá n de S ala­ m anca, T o ledo , V allado lid y San A nton io . E ra excelente p red ic ad o r y celoso m isionero y ten ía el títu lo de C alificado r de la S up rem a In q u i­ sición ya an tes de 1784 (28). Con ocasión del C ap ítu lo , el d u q u e de M edinaceli, D . Luis F ern án ­ dez de C ó rdob a y G onzaga, p id ió se le nom b rase p atro n o y p ro tec to r de los C apuch ino s, con las m ism as p rerrog ativ as qu e le h ab ían conce­ dido los C arm elitas h acía poco tiem po. A sí lo hizo el P. G en e ra l en el mes de mayo, d ándo le el n om b ram ien to de « p atro n o y p ro te c to r de todas estas nu estras p rov in cias de E sp añ a p a ra con nu estro s católicos soberano s» , alegando que así como la O rd e n ten ía un C ard en al P rotec­ to r p a ra que la rep resen tase y defend iese an te el P ap a, así igualm ente (26) V A , 681-2; Pobladura, Los Generales, 298; Archivo del Palacio Nac. de Madrid, Grandes de España, leg. 1, letra G , donde se halla toda la documenta­ ción relativa a la cobertura. (27) En fuerza del breve del Papa: Liberes spirituales fructus (7 noviembre 1797), podía el P. General hacer estas elecciones. Cfr. E D , 288-92, donde se copian los decretos de las mismas. (28) Necrologio, 59. Siendo Lector de Toledo, se le designó para informar so­ bre la obra filosófica del P. Villalpando, en la que, no obstante reconocer los defectos que a su juicio tiene, alaba el método, la claridad y el ingente trabajo del autor en su composición (C fr. Expediente formado a representación del Provincial de Capuchinos de las dos Castillas, ya citado, ff. 153-156). Va firmado en Toledo, 9 de enero de 1780.

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