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R E L IG IO S O S DE C A S T IL L A EN LA L U IS IA N A ESPA Ñ O LA 267 fue encausado por la Inquisición y en septiembre salía de allí bajo par­ tida de registro para La Habana y luego para Cartagena de Indias. En las cárceles de la Inquisición se encontraba aún en junio de 1798, de donde debió salir para regresar a la provincia, falleciendo en Sa­ lamanca 1807 (56). E l P. José de Villaprovedo fue nombrado a su llegada capellán del batallón de Nueva Orleáns en sustitución de dos Franciscanos que tuvieron que marchar a Cuba; en julio de 1792 se le dio el cargo de teniente de cura de la capital y pasó más tarde (diciembre de 1792) de cura a San Bernardo del Torno, donde estuvo hasta su fallecimiento el 22 de septiembre de 1797 (57). E l P. Tirso de Peleagonzalo, compañero de los anteriores, estuvo también al principio de capellán del batallón de Nueva Orleáns y luego (1 de marzo de 1793) de teniente cura en la capital; al ocurrir la muerte del P. Villaprovedo, le sustituyó (20 de noviembre de 1797) en el curato de San Bernardo del Torno o Nueva Gálvez; aquí perma­ neció hasta el 15 de marzo de 1803, fecha en que dejó la Luisiana para marchar definitivamente a La Habana (58). E l P. Buenaventura de Castro, llegado a la Luisiana con los ante­ riores el 8 de diciembre de 1790, estuvo de teniente cura en la capital y al propio tiempo de capellán de las Ursulinas; se le encomendó posteriormente (1 de marzo de 1791) la parroquia de Pointe Coupée, y al año se le destinó a San Gabriel de Iberville, estando aquí hasta julio de 1799, en que se le nombró cura de Galveston; antes de tomar posesión decidió regresar a La Habana (59). E l P. Diego de Carriedo, que formó parte de la misma expedición, estuvo en Nueva Orleáns como sacristán de la parroquia y allí falleció el 1 de noviembre de 1792 (60). E l último de la expedición de 1790 fue el P. Félix de Quintanar. Se le designó (8 de febrero de 1791) cura de Galveston; pasó de aquí (1 de agosto de 1799) a Iberville y más tarde (2 de enero de 1802) fue nombrado teniente cura de Nueva Orleáns y juntamente capellán de las Ursulinas. E l 22 de diciembre de 1803 se embarcó definitivamente rumbo a La Habana y el 17 de julio de 1812 era vicario del Colegio de misioneros (61). (56) Expediente y nómina del P. Portillo (A G I , Santo Domingo-Cuba, 538b); orden del rey contra él para que salga de laLuisiana y se presente al Tribunal de la Inquisición, Aranjuez, 25 junio 1795 ( i b í d 1458); C a s tillo , 67; Necrologio, 141. (57) Expediente y nómina suyos (A G I , Santo Domingo-Cuba, 538b); carta del Padre Portillo sobre él, 24 diciembre 1790 (ibíd., leg. 102); C a s tillo , 18, le llama Gonzalo, pero erróneamente. (58) Expediente y nómina del mismo (A G I, Santo Domingo-Cuba 538b); Necrologio, 291. (59) Expediente y nómina (A G I , Santo Domingo-Cuba, 538b); carta de Pe- ñalver sobre él, julio 1799 (ibíd., leg. 102). (60) Expediente y nómina (A G I , Santo Domingo-Cuba, 538b); carta del Padre Portillo, 3 enero 1791 (ibíd., 102); Necrologio, 107. (61) Expediente y nómina (A G I , Santo Domingo-Cuba, 538b); carta del Padre