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R E L IG IO S O S DE C A S T IL L A E N LA L U IS IA N A ESPA Ñ O LA 259 dependió en lo espiritual del obispo de Quebec hasta su cesión a Es paña. Los encargados de atender a sus habitantes en ese orden fueron los Capuchinos y Jesuítas; éstos, hasta la supresión de la Compañía, y aquéllos, hasta la toma de posesión de la Luisiana por parte de las autoridades españolas. En líneas generales puede decirse que los Jesuí tas estuvieron encargados de la evangelización de los naturales, mien tras que los Capuchinos, sobre todo hasta 1750, desarrollaron su acti vidad entre los civilizados, más concretamente entre los colonos fran ceses. Aparte de otros puestos de menos importancia, los Capuchinos ejercieron su ministerio en las ciudades de Nueva Orleáns, la Mobila, la Baliza, Costa de los Alemanes, Pointe Coupée, Natchitoches, Nat- chez, mas los tres centros de Apalache, Alibamas y Chapitoulas, que estaban formados por indios. En todos esos sitios fueron levantando iglesias y casa para el religioso, mereciendo su atención principal, como se deja suponer, la capital Nueva Orleáns, donde fue erigido un her moso templo. Ante la imposibilidad de bajar a otros pormenores de su actuación, por no interesar tanto a nuestro propósito de dar a conocer lo que allí trabajaron los Capuchinos españoles y mayormente los de Castilla, que remos, sin embargo, hacer notar que cuantos franceses se econtraban a llí, a la llegada de los españoles, prosiguieron prestando muy valiosos servicios espirituales a sus paisanos, por hablar a perfección su lengua. Consignamos los nombres de ocho de ellos: PP. Dagoberto, Fernando, Ireneo, Próspero, Estanislao, Bernabé, Valentín, H ilario y Flavián de Besanzón. Sabemos que el P. Dagoberto, después de desempeñar un excelente papel como párroco y vicario general, falleció en Nueva Or leáns el 31 de mayo de 1776; los otros trabajaron como coadjutores en Nueva Orleáns y en diversas parroquias, sin que podamos señalar más pormenores, ni siquiera la fecha de su muerte. 4. Siendo objetivo principal hacer resaltar la labor apostólica allí desarrollada por los Capuchinos españoles y sobre todo por los de Cas tilla, según indicamos, damos a continuación un resumen de la misma indicando nombres y relatando hechos más destacados. Hemos de anotar en primer lugar que con D . Antonio de Ulloa llegaron a la Luisiana dos Capuchinos castellanos: PP. Clemente de Saldaña y Antonino de Mesones, más el donado Casiano Castañares. Los tres fueron enviados por la superioridad para la asistencia espiri tual de los españoles destinados a la mencionada colonia; los gastos por ellos hechos corrieron a cuenta de la real hacienda. Salieron de Madrid el 30 de junio de 1765 hacia E l Ferrol, donde se embarcaron con la tropa expedicionaria en septiembre del mismo año. Llegados a La Habana el 20 de noviembre y allí incorporados a las tropas de Ulloa, arribaron todos a la Baliza, primer puesto de la Luisiana, el 28 de febrero de 1766. A llí continuaron asistiendo sobre todo a los soldados españoles el tiempo que Ulloa permaneció en aguas del Mississipi; al retirarse a La Habana en noviembre de 1768, con él se fueron también
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