BCCCAP00000000000000000000156

CAPITULO X X IV 1. Datos históricos sobre esta colonia: gobierno de la misma. — 2. La Luisiana en el aspecto eclesiástico. — 3. Su evangelización y asistencia espiritual. — 4. Labor de los Capuchinos españoles: nombres y he­ chos. — 5. Retrocesión de la colonia a Francia y consecuencias. 1. La historia de la Luisiana, que durante los años 1762 a 1802 estuvo sujeta al dominio español, está íntimamente ligada a los Capu­ chinos españoles y más aún a los de Castilla, lo mismo que estuvo a una y otra el Colegio o Seminario de misioneros de La Habana, esta­ blecido en 1784 en la Perla de las Antillas. La Luisiana es hoy en día uno de los estados más dilatados que integran la gran nación norteamericana. Tiene de superficie unos 125.000 kilómetros cuadrados aproximadamente, es decir, la cuarta parte de España poco más o menos, con la diferencia de que mientras nuestra patria se halla surcada de encumbrados montes y elevadas montañas, la Luisiana está constituida por inmensas llanuras interrumpidas a veces por colinas cuya altura no pasa de los 120 metros. E l nombre le fue dado por los franceses en honor de Lu is X I V , en cuyo tiempo comen­ zaron la colonización de tan extensa región. Parece seguro que antes de poner en ella su pie los franceses, fue descubierta por los españoles en 1519; sin embargo, su colonización no se inició hasta 1682, en que el aventurero francés Robert Cavelier, Sieur de la Salle, llegó en tal fecha a la desembocadura del Mississipi y tomó posesión de la costa de Méjico en nombre de su rey. Nuevas incursiones tuvieron lugar allí por parte de diversos comerciantes originarios de Francia, aunque con escaso aumento de la colonia; de tal modo que en 1711 sólo contaba unos 400 habitantes, en su mayoría soldados, por lo que en años subsi­ guientes se tomó la medida de llevar alemanes y acadianos. En 1718 Bienville echaba los fundamentos de la que sería la capital de la colonia, Nueva Orleáns. De todos modos se procuró unir esta región con Canadá mediante varios fuertes levantados a lo largo de las riberas del Mississipi, pasando a depender en 1733 directamente del rey de Francia. Este nombraba desde entonces los gobernadores de quienes dependió en un todo la Luisiana así en lo económico como en lo militar. Varios de ellos dejaron no poco que desear en su conducta y actuación. Otros, en cambio, supie­ ron comprender el peligro que corría aquella colonia de caer en manos R e l ig io s o s d e C a s t il l a e n la L u is ia n a e s p a ñ o l a

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz