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PR O D U C C IÓ N L IT E R A R IA Y PR E D IC A C IÓ N LO S AÑOS 1777 A 1793 247 dente en Salamanca (13). Es un sermón que, aparte de no tener nada de gerundiano, está compuesto y ajustado a un plan práctico y ade­ cuado, muy en conformidad con las reglas de la oratoria. Es una prueba más de la buena formación dada en Toro a los predicadores y misio­ neros que ya desde los primeros años del establecimiento de aquel Seminario formaron parte de él. E l mismo P. Zamora publicaba en 1781 su magnífica obra: El ecle­ siástico perfecto, notable por el contenido y la doctrina sobre la voca­ ción sacerdotal. En realidad viene a ser un excelente libro o directorio de ejercicios espirituales para los sacerdotes, donde se explica con sencillez y erudición el alcance de sus obligaciones (14). Por último, citamos una obrita, la primera que el P. Miguel de San­ tander imprimió; se trata de una novena en honor de la Divina Pastora, que el Seminario de Toro tenía por patrona: Novena de María Santí­ sima, Madre de Dios y amparo de los pecadores, con el dulcísimo título de Pastora Divina de las almas, escrita por un religioso capuchino del Seminario de Misioneros de la ciudad de Toro, año 1788 (15). 2. Tampoco disminuyó estos años la actividad apostólica; los pre­ dicadores fueron numerosos y notables. Hemos citado en un capítulo anterior los nombres de los que por los años 1761 a 1776 lucían sus dotes oratorias, así como los de los principales misioneros que no dedi­ caban exclusivamente sus talentos y celo a la predicación de misiones, sino que con frecuencia alternaban en la de sermones panegíricos o de circunstancias. A los allí citados y que continuaban aún estos años, 1777 a 1793, en el ejercicio de ese ministerio apostólico, entre ellos los PP. Francisco de Villalpando, Benito de Cárdenas, Fidel de Alcabón y Agustín de Toledo, hemos de agregar estos otros: PP. Antonio de Azuqueca, Fran­ cisco de Villamayor, Antonio de La Calzada, Mariano de Pamplona, Leoncio de V illaodrid, Francisco de Solchaga y Fidel de Piñera; estos (13) Sermón panegírico del glorioso Patriarca San Josef, que en el presente año de 1779 predicó en la Real Capilla de El Pardo el R. P. Fr. Juan de Zamora, Ex-Lector dos veces de Sagrada Teología, Juez Examinador Sinodal de el Arzobis­ pado de Toledo, y Misionero Apostólico de esta Provincia de las dos Castillas de Menores Capuchinos de San Francisco, Salamanca (1779), 24 pp. (14) Se imprimió en Madrid, 1781; tal éxito alcanzó, que en 1782 se reim­ primió y en 1799 se hizo una tercera edición. La licencia de impresión fue conce­ dida por el P. Bustillo en 1780; el Consejo envió el libro a los capellanes de San Isidro para su examen; éstos le tributaron grandes elogios (A H N , Consejos, 5544, n. 104). En la segunda parte dedicaremos más atención al P. Zamora y a su obra. (15) Se reimprimió en Zamora, 1840. Aunque no lleva nombre de autor, pero es indudablemente suya. Cfr. Cesáreo Fernández D u ro , Colección bibliográfica- biográjica de noticias rejerentes a la provincia de Zamora o materiales para su historia, Madrid, 1891; 310, 316, donde cita otra edición de 1865. N o hemos visto la primera, a la que con seguridad hace referencia el P. Santander en una de sus cartas, hablando de una novena compuesta por él que daba a la imprenta después de 1786 ( Cartas familias, Madrid 1805, 124-5).

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