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SITUACIÓN DE LA PROVINCIA LOS AÑOS 1787 A 1793 235 cesores: la observancia regular, la asistencia a la oración mental, al rezo de maitines a medianoche, etc.; exhorta igualmente a los Padres a que atiendan con asiduidad al confesonario. Y para que los fieles encontrasen facilidad de confesarse, manda hubiese un confesor sema­ nero, a quien incumbía estar en el confesonario aunque no fuese lla­ mado; además, allí donde acudiesen personas a confesarse por las tar­ des, tenía como obligación particular atenderlas; por lo que se le prohibía salir por la tarde del convento, y, en caso de precisión, debía el superior señalar otro que le supliese. 2. Se advierte asimismo en las tablas conventuales, tanto del Capí­ tulo como de la Congregación, las numerosas renuncias presentadas por Guardianes y Vicarios, síntoma de descontento y de falta de paz. Por desgracia, comienzan también a hacerse algo frecuentes los casos de religiosos cuyo comportamiento deja bastante que desear, como a su vez no son raras las secularizaciones, según iremos viendo. Así, tene­ mos, entre otras, la del Hermano Fr. Fermín de Los Arcos, ya de edad madura y que incluso había impreso poco antes y siendo religioso una obrita de matemáticas (4); se secularizó el 21 de abril de 1789 (5). Y más llamativo fue aún lo sucedido con el P. Jorge de Valdilecha, quien dio no poco que sufrir a los superiores, primero con su conducta, y luego, con los recursos fuera de la Orden. Este Padre había sido nombrado Calificador de la Suprema Inquisi­ ción en 1779 (6); se distinguió como predicador y se le dio asimismo el título de Misionero apostólico (7). Por fallecimiento del P. Guardián de Laguardia fue elegido para ese cargo en julio de 1787, pero tal elección fue denunciada como nula al Nuncio por uno de los Defini­ dores; la Rota, en cambio, declaró la validez de tal designación preci­ samente el mismo día del Capítulo, 12 de octubre de 1787. Los nuevos superiores no creyeron conveniente confirmarle en aquel cargo, como solía hacerse (8). E l P. Valdilecha recurrió entonces al Consejo de Castilla, que determinó se le diese la guardianía, como se efectuó, cesando el que había sido nombrado (9). Su comportamiento no debió ser muy digno, por cuanto la Definición dispuso en diciembre de 1788 se hiciese una investigación, y, como consecuencia, se le suspendió del cargo hasta nueva orden (22 de enero de 1789) (10). E l P. Valdilecha recurrió de nuevo en contra al Consejo de Castilla y a la Rota; uno y otro organismo pidieron informes al Definitorio, que los dio, y más tarde, en julio de 1789, después de examinar los cargos y descargos, (4) Esta obrita se titula: Aritmética teórica y práctica, Madrid, 1786. (5) VA, 613; por eso no figura en el Necrologio. ( 6 > AHN, Consejo de la Suprema Inquisición, leg. 1296, núm. 19. (7) Exposición a Floridablanca, 9 octubre 1785 (AGS, Gracia y Justicia, 644). ( 8 ) VA, 597, 599, 600. (9) ED, 271. (10) VA, 609, 611.

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