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6 LA PROVINCIA DE FF . MM. CAPUCHINOS DE CASTILLA intervención de los capuchinos en las revueltas provocadas en su diócesis a favor del archiduque, afirmaba además que ellos habían sido los moto­ res de que allí hubiera sediciosos y partidarios del de Austria ( 17 ). Y en otra anterior le participaba que por tal razón había quitado a los capuchinos de su arzobispado las licencias de confesar y predicar ( 18 ). Pocos meses después, en una tercera carta le envía copia de otra de Berwick (15 de octubre de 1707 ), en la que éste decía al arzobispo que le remitía al mismo tiempo doce religiosos, entre ellos nueve capuchinos, a quienes había sorprendido con las armas en la mano en la ciudad de Lérida. Añadía el arzobispo al Nuncio que había dado licencia de confesar a algunos capuchinos, después de prometerle ser adictos al rey Felipe V, pero que todavía se encontraban en sus conventos desafectos al monarca; además, que los seguidores del archiduque acudían a dichos religiosos en busca de la absolución y que, al entrar las tropas del rey en Alcañiz, habían huido de su convento todos los frailes, siendo luego demolido al saberse se había fraguado la rebelión en aquel convento capuchino. Escribía, por último, que los capuchinos de Valencia, Cataluña y Aragón se habían mostrado siempre contrarios a Felipe V, por lo que se había tratado en Consejo las medidas que debían tomarse contra ellos, no resolviendo nada de momento al tener noticia de que en Zaragoza se les habían retirado las licencias ministeriales. Termina su comunicación que, según sus noticias, el Nuncio había designado por visitador de los capuchinos al P. Bernardino de Madrid, pero que aún no había hecho acto de presencia, siendo así que los visitadores de las otras Ordenes religiosas ya habían llegado ( 19 ). Tal proceder trajo como consecuencia se formase incluso mal concepto de los capuchinos, según confesaba ya en 1705 el Padre Provincial de Aragón, Manuel de Magallón, escribiendo a la marquesa de Aytona que se había levantado contra ellos tal tempestad, que hasta los soldados huían de los capuchinos, aunque él hace protestas de su lealtad a Feli­ pe V ( 20 ). Eso mismo viene ampliamente corroborado por diversas cartas del Padre Definidor general, Timoteo de Rodenas, quien, escribiendo al secretario para la lengua española en Roma, se lamenta sobremanera de las muchas calamidades y persecuciones que sufrían los capuchinos, especialmente por lo sucedido en Alcañiz, y asimismo porque el Padre Agustín, de Zaragoza, de la provincia de Aragón, seguía a todas partes al conde de Cifuentes, partidario del archiduque. Anota además que (17) Carta del arzobispo de Zaragoza al Nuncio, 28 junio 1707 (Archivo Vaticano, Nunziatura di Madrid, vol. 68 , ff. 29-30). En Egea de los Caballeros fueron apresados por las tropas de Felipe V seis religiosos del convento de esta Villa, los cuales fueron enviados a la cárcel de Pamplona (Añorbe, 253). (18) Carta del mismo, 8 junio 1707 (Arch. Vat., ibíd., ff. 31-33). (19) Cartas del mismo, 15 octubre 1707, 29 noviembre 1707 (ibíd., ff. 24-25,27). (20) Carta del P. Magallón a la marquesa de Aytona, Zaragoza, 17 noviem­ bre 1705 (Archivo de la Casa Ducal de Medinaceli, Archivo Histórico, leg. 73).

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