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2 0 8 LA PROVINCIA DE FF. MM. CAPUCHINOS DE CASTILLA garon hasta la isla de Puerto Rico, llegando por fin a la capital de la Perla de las Antillas el 12 de junio. El P. Fermoselle, presidente de la expedición, entregó las credenciales y cartas que llevaba para el capi­ tán general y señor obispo; en ellas se les decía entregasen a los Capu­ chinos la casa-oratorio de San Felipe Neri y se les hacían otras impor­ tantes indicaciones de parte del rey. Los religiosos, sin pérdida de tiempo, comenzaron su actividad apostólica (48). Pronto se inició también el establecimiento de aquel Colegio de Misioneros, cuya finalidad, organización y reglamento explicaremos en el siguiente capítulo, al igual que dedicamos otro a exponer cuanto realizaron en la Luisiana y Florida, cuya asistencia espiritual fue enco­ mendada a los que de aquél formaron parte. Cuando todo esto tenía lugar, había fallecido ya en Madrid el Padre Provincial Matías de Molina, el 19 de noviembre de 1783, tras de larga enfermedad que contrajo haciendo la visita a los conventos (49). Como Vicario provincial gobernó luego el primer Definidor, P. Miguel de Almansa, hasta el Capítulo habido el 8 de octubre de 1784, en que fue elegido superior de Castilla el P. Marcos de Reinosa. Antes de ocuparnos de él queremos recoger un hecho íntimamente ligado a la historia de nuestra provincia. El 23 de mayo de 1783 se publicaba en Roma la bula de beatifica­ ción de San Lorenzo de Brindis, y el 1 de junio tenía lugar la solemne ceremonia. La noticia llegaba a Madrid el 24 de junio, siendo recibida con inusitada alegría en todas partes, con repiques de campanas, fuegos artificiales, canto del Te Deum, etc., no sólo en nuestros conventos, sino también en las catedrales y parroquias donde estaban enclavados (50). Castilla celebró con fiestas extraordinarias el acontecimiento, im­ portante y glorioso para la Orden y para la provincia. Podía ésta estar orgullosa de haber contribuido muy eficazmente a la exaltación del nuevo Beato, puesto que varios de sus hijos tomaron parte muy activa en los procesos hechos en Villafranca del Bierzo, donde se guardan sus restos (51). Aun pocos meses antes de la beatificación el P. Francisco de Ajofrín, vicepostulador de la causa, recibía el encargo de reconocer el cuerpo y recoger importantes reliquias que fueron enviadas a Roma, a los conventos de la provincia y a varios ilustres personajes (52). Castilla, además de las fiestas que dedicaron al Beato todos los conventos, celebró su exaltación oficialmente en la iglesia de San Anto­ nio del Prado con cultos solemnísimos y extraordinarios, que perdura- (48) Cartas del P. Fermoselle al P. Provincial, La Habana, 14 julio 1788, 15 julio 1784 (APC, 18/1/3). (49) VA, 561. (50) Ibíd, 562. (51) Cfr. mi artículo: San Lorenzo de Brindis, España y los Capuchinos es­ pañoles, en Naturaleza y Gracia, 7 (1960), 180s., donde se recogen todos los docu­ mentos y datos relativos a esto. (52) Ibíd.

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