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2 0 0 LA PROVINCIA DE FF. \IM. CAPUCHINOS DE CASTILLA medida se tomó con los PP. Mariano de Bernardos y Tomás de Bilbao, lector y maestro, respectivamente, en el convento de Segovia; protes­ taron por ser trasladados, en noviembre de 1779, con sus estudiantes a El Pardo, y se les dio igual plazo de 24 horas para ejecutar lo orde­ nado so pena de incurrir en las penas con que se les amenazó (10). Todavía el citado P. Bernardos, encontrándose ya en El Pardo, por un fútil pretexto, amenazó con recurrir al Nuncio en contra de los superio­ res en julio de 1779 (11). Finalmente, en agosto de 1779, el P. Jorge de Valdilecha, Calificador de la Suprema Inquisición, presentó ante el Definitorio una querella en contra del Vicario provincial, P. Basilio de Agreda, por haberle hecho una corrección en público y pretender trasladarle de La Paciencia, donde residía, a otro convento (12). Esos hechos y las numerosas renuncias de cargos, así al tener lugar el Capítulo como la Congregación intermedia (13), deja entrever el estado de ánimo de la provincia en general. Esta fue gobernada por el P. Inocencio de Matute hasta fines de diciembre de 1778. Su salud debía ser bastante precaria en los meses anteriores, por cuanto, ya en octubre, no se atrevió a efectuar la visita personalmente a varios con­ ventos, designando al efecto otros religiosos (14). Por fin, falleció en el convento de San Antonio el 30 de diciembre de 1778, a las ocho de la noche, y, según anota el cronista provincial, P. Miguel de Santander, «con el conocimiento más despejado y entre los actos más heroicos de virtudes, dio su alma al Criador» (15). Le sucedió como Vicario provincial el primer Definidor P. Juan de Villardondiego. También había sido propuesto por el Nuncio para Definidor en el último Capítulo, informando sobre él el auditor de la nunciatura (23 de septiembre de 1776), que había sido siete años Lector de filosofía y otros tantos de teología y que, estando en Toledo, había sido confesor del Cardenal Arzobispo (16). Pero tampoco el P. Villar- dondiego gobernó la provincia hasta la celebración de Capítulo, que se tendría en octubre de 1779;. a los tres meses completos, el 21 de marzo de 1779, fallecía en el convento del Prado y le sucedía el segundo (10) Ibíd, 522. (11) Ibíd, 527-9. (12) Ibíd, 528. (13) ED, 249, 252. (14) VA, 521. (15) Ibíd., 523. (16) Estos informes del Nuncio al P. General se encuentran en Arch. Vaticano, Nunzíatura di Madrid, v. 149, 209-212. El P. Villardondiego nació en 1728 y tomó el hábito el 19 de noviembre de 1744; se ordenó en 1751 y fue luego Lector de filosofía y teología, Guardián de Salamanca y Custodio general. Asistió al Capítulo general de 1775, informando al nuevo P. General, Erardo de Radkesburg, en pro del establecimiento y vida común perfecta en El Pardo efectuado por el P. Zamora (Cfr. carta de Roda a Flo- ridablanca, El Pardo, 3 octubre 1775, Arch. Embajada Esp. ante la Santa Sede, legajo 440). Al igual que el P. Matute, siguió favoreciendo al P. Zamora en la realización de su obra ( Necrologio, 76).

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