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inequívocas de la estima que sentía hacia cuanto el P. Juan de Zamora venía realizando en el Pardo, como apuntamos en el anterior capítulo. Asimismo demostró sumo interés por que se realizase lo antes posible la obra proyectada para la instalación sólida e higiénica del Seminario de nuevos en el convento de La Paciencia, señalando lo que cada con­ vento debía aportar a la misma (4). Y sobre todo favoreció y alentó al P. Francisco de Villalpando en su labor de componer un curso completo de filosofía, que luego llegaría a imprimirse. Este religioso era ya Lector de filosofía en el convento de El Pardo desde el 6 de octubre de 1775 (5); decidido a llevar adelante su proyecto, renunció en febrero de 1777 la lectoría «para dedicarse a escribir — anota el cronista— un curso entero de filosofía y teología, reformando los abusos que en el método de autores y de estudiantes había en esta provincia, a lo que le había animado y determinado nuestro Rmo. P. General cuando estuvo en Madrid, lo que con efecto y felicidad ha empezado y se está imprimiendo el primer tomo (1777)». Para facilitarle ese trabajo, el 17 de febrero se designó otro Maestro de estudiantes que se hiciera cargo de su curso (6). Así pudo no sólo escribir sino también publicar tres tomos de filosofía mas uno de matemáticas, como luego diremos. Fuera de lo indicado, poco podemos decir de lo sucedido en el provincialato del P. Matute y trienio de 1776 a 1779; sólo algunos hechos desagradables que comprueban cómo los ánimos no se habían calmado con la visita del P. General ni tampoco con la elección de nuevos superiores. Por desgracia fueron frecuentes los recursos enta­ blados por varios religiosos tanto a la autoridad eclesiástica como a la civil. Así, en marzo de 1777 el P. Ramón de Vilach acude al Nuncio, alegando tener más derecho que el P. Francisco de Solchaga a ser Maes­ tro de estudiantes y suceder en la cátedra al P. Villalpando; aunque es verdad consiguió en las oposiciones mejor clasificación, la Defini­ ción, por varios cargos que se le hicieron, prefirió al P. Solchaga; hasta agosto de 1779 no se falló el pleito por la nunciatura (7). Asimismo el P. Marcos de Reinosa, que más tarde sería Provincial, elevó contra el Definitorio una protesta en abril de 1778 por haberle trasladado de la guardianía de La Paciencia a la de Salamanca (8). Lo propio hizo el P. Nicolás de Bustillo por semejante motivo de ser trasla­ dado, en idéntica fecha, de Guardián de San Antonio al de Alcalá de Henares (9). Pero los superiores se mostraron enérgicos en la decisión tomada, dando de plazo a los dos citados Guardianes el tiempo de 24 horas para salir de Madrid a sus respectivos destinos. Idéntica GOBIERNO DE LA PROVINCIA Y HECHOS SALIENTES, 1 7 7 6 A 1 7 8 4 1 9 9 (4) VA , 503. (5) Ibid., 497. (6) Ibid., 503. (7) Ibid., 513, 528. (8) Ibid, 515. (9) Ibid, 517.

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