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del P. Ajofrín se van sucediendo en adelante,año tras año, hasta su muerte, que tuvo lugar en enero de 1789. Al lado del P. Ajofrín merece señalarse el nombredelP. Fidelde Alcabón. Tuvo ya desde 1754 el título de Calificadordela Suprema Inquisición. Dio a la imprenta un opúsculo con el nombre de siglo, Sebastián López de Sandoval, de fondo polémico, cuya finalidad era rebatir lo afirmado en cierta carta contra algunas verdades religio­ sas (2). Publicó poco después una Novena en honor de la Virgen (3). Se distinguió asimismo por sus dotes oratorias y, quizá por la libertad de su predicación en la corte, fue desterrado al convento de Naval- moral el 4 de diciembre de 1767, continuando no obstante allí su pre­ dicación de sermones y misiones hasta que en 1771 pudo volver a Madrid (4). Estando aquí, y sin duda por llamar la atención su oratoria, fue invitado a predicar en las solemnes fiestas tenidas en julio de 1779, con motivo de la beatificación de San Miguel de los Santos, en la iglesia de PP. Trinitarios Descalzos; este sermón mereció asimismo los honores de la publicidad (5). Otros varios juntaron al apostolado de la predicación el de la pluma. Entre ellos tenemos al P. Pablo de Muriel, de quien se conserva un sermón impreso en 1774, pronunciado en las solemnes honras fúnebres, que ese año dedicó la Universidad de Alcalá al Cardenal Cisneros (6). Publicó además esta obrita: Luz perenne para alumbrar FLORECIM IENTO LITERARIO Y APOSTÓLICO 1 8 9 hay en el APC. (Cfr. M. de Pobladura, El verdadero autor de la « Carta familiar», México 1765: Francisco de Ajofrín, O. F. M. Cap. (1719-1789), en Collectanea Franciscana, 36 (1966), 56-86.) (2) El título es: Respuesta a la carta del turco, que traduxo y dio al Público el Pensador, y es la primera del pensamiento XLV. Es obra muy útil para todos los que hubiesen leído el pensamiento XLV, pues descubre las astucias perversas de los enemigos de nuestra vrdadera Religión y los errores y falsedades que in­ cluye la Carta Turca: e instruye a los fieles católicos en sus inefables verdades, Madrid, 1763: 134 pp. Impugna dicha carta por blasfema y herética: que se ríe de todo, del Rosario, de los sermones, de los títulos de la Virgen, etc. (3) Novena del dulcísimo Nombre de María, Madrid, 1764, y Madrid, 1766. (4) VA, 428, 468. (5) Esta pieza oratoria lleva la portada: Sermón panegírico, que en las fies­ tas solemnes que celebró la Comunidad de PP. Trinitarios Descalzos de esta corte, a la beatificación del extático Miguel de los Santos, predicó el día cinco de julio de este presente año el M. R. P. Fr. Fidel de Alcabón, Ex-Lector de Sa­ grada Teología, Calificador de la Suprema y General Inquisición, y Ex-Vicario Provincial en su convento de Capuchinos del Prado, Madrid, 1779: 32 pp. Des­ pués de impreso, el arzobispo de Toledo mandó recoger los ejemplares porque en este sermón «había algo opuesto a la seriedad del pùlpito, majestad del templo y verdaderas reglas de la oratoria cristiana» (AHN, Consejos, 5544, n. 102). Sobre este asunto hubo algún revuelo y se escribieron no pocos papeles (AGS, Gracia y Justicia, 644). No hemos encontrado nada de particular en él; quizá el arzobispo creyó que en este sermón se quebrantaban las reglas por él dadas en la Carta pastoral de que más abajo se habla en el texto. (6) Columna mystica española. Oración fúnebre que en las solemnes honras que el Colegio Mayor de San Ildefonso, Universidad de Alcalá, consagra anualmente a la inmortal memoria de su Santo Amo y Venerable Fundador... D. Fr. Fran­ cisco Ximénez de Cisneros, dijo el día 11 de noviembre del año de 1774 el R. P. Fr. Pablo de Muriel, Religioso Capuchino, Alcalá, 1775: 3 hjs., 38 pp.

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