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PERFECTA VIDA COMÚN EN EL CONVENTO DE EL PARDO 183 moradores de él; antes bien, habiendo examinado escrupulosamente las cosas que comprende la visita, había encontrado que todos vivían en religiosa paz..., que asimismo había encontrado la observancia de nues­ tra santa Regla y sagradas Constituciones en todo exacta y arreglada». Todo eso y cuanto el P. General dijo en la plática que dirigió a la comunidad al final de la visita, quiso el P. Zamora constara en docu­ mento que fue firmado por todos los religiosos (28). A eso se agregó que el P. General salió por los fueros del P. Zamora dando un decreto oficial, en el que anula el proceso hecho contra él, hace constar que siempre había procedido con buena intención y que ningún perjuicio debía seguírsele en «la fama, honor, estimación o en cosa alguna» (29). 4. Pero tal vez lo más importante de la expresada visita fue la aprobación de las ordenaciones por las que se regiría la comunidad de El Pardo, efectuada por el P. General el 25 de julio, terminada ya la visita (30). Sin embargo, quizá para congraciarse con el rey y sus ministros, las sometió al dictamen de los mismos en todo y por todo, estando dispuesto «a añadir o alterar cuanto fuere de su real agrado». El rey las aprobaría más tarde, aunque señalando cinco pun­ tos sobre los que llamaba la atención del P. General: dos de ellos se referían al modo de interpretarlas y a la elección de superior de El Pardo (31). Antes de eso fueron enviadas por Roda (4 de agosto) ai Nuncio para su examen; éste las remitió al P. Guardián de aquel convento y al P. Isidoro de Fermoselle, entonces Vicario provincial (7 de agosto); ambos las remitieron al Nuncio con algunas modificaciones (30 de agosto), y todavía el P. Fermoselle las examinó de nuevo con mayor reflexión, devolviéndolas a aquél, dando su parecer de que podían publicarse (1 de octubre) (32). Esas ordenaciones particulares del convento de El Pardo estaban calcadas en las de Toro, como se hace constar en ellas, advirtiéndose además que no debía entenderse de El Pardo lo relativo a la predi­ cación de misiones, aunque no se excluían (33). Por tanto, no se daban prescripciones relativas a estudios, conferencias semanales, etc., sino (28) Carta del P. Fermoselle al P. Zamora, 1 agosto 1776 (ibid., f. 68 v.), y testimonio firmado por todos los religiosos de aquella comunidad el 7 de agosto de 1776 (ibid., 68v.-69). (29) El texto de esta carta del P. General, convento de San Antonio de Ma­ drid, 16 agosto 1776, está en AGS, Gracia y Justicia, 644, y su traducción en cas­ tellano en Manifiesto historial, f. 64, doc. 26. El P. M. de Pobladura la copia íntegra en su trabajo: Seminarios de Misioneros y conventos de perfecta vida común, ya citado, 117-19. (30) De estas ordenaciones hay dos copias en el APC, 6/65 y 4/47, hechas ambas por el P. Miguel de Santander, siendo secretario provincial (Madrid, 24 no­ viembre 1776). (31) Carta de Roda al P. General, San Lorenzo, 22 octubre 1776 (APC. 6/65 y 4/47). (32) Todas estas cartas y comunicaciones se encuentran en el Archivo Vati­ cano, Nunziatura di Madrid, v. 226. (33) Carta de Roda al P. General, 22 octubre 1776, ya citada.

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