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HECHOS SALIENTES EN LOS AÑOS 1771 A 1776 169 dor de la Suprema Inquisición y Custodio de provincia (24). Tal nom­ bramiento, por inusitado, llamó sobremanera la atención de los religiosos. Era costumbre consagrada dejar en este puesto al Provincial anterior; en todo caso parecía natural lo fuese el primer Definidor, que era entonces el P. Isidoro de Fermoselle, uno de los fundadores del Seminario de Misioneros de Toro. Aparte de otras causas que se irán exponiendo, fue ese nombramien­ to un motivo más para que en la provincia se suscitasen nuevos descon­ tentos y divisiones. Indicio de tales disensiones fue que, al poco de ausentarse el P. Provincial, su Vicario, P. Alcabón, se vio en la precisión de enviar una carta circular a los conventos (7 de marzo de 1775) prohi­ biendo y mandando quemar unas coplas anónimas divulgadas por la provincia y denigratorias para varios religiosos, amenazando al autor con excomunión mayor si continuaba en su empeño (25). A eso sucedieron otros hechos que influyeron poderosa y eficazmente en tales perturbaciones que tuvieron revuelta a la provincia varios años. El P. Fermoselle las resume en un memorial presentado al rey dos años después. Afirma que tales inquietudes comenzaron al dar el P. Colindres las ordenaciones particularer a Castilla a raíz de su visita en 1763. Aqué­ llas aumentaron con las nuevas ordenaciones que promulgó en 1764 y sobre todo con las establecidas para el Seminario de Toro. Esas inquie­ tudes estuvieron latentes hasta la muerte del P. Colindres, en que apare­ cieron sus brotes al exterior para volverse a ocultar cuando el rey manifestó su voluntad de que todo continuase lo mismo. Se aquietaron los ánimos, pero sólo en apariencia, hasta que en 1774 el P. Guardián de El Pardo, Juan de Zamora, trató de poner allí en pleno vigor la per­ fecta vida común con anuencia de los superiores provinciales. Con tal pretexto o motivo sobrevinieron muchas turbaciones, inquietudes, pleitos, fuera y dentro de la Orden; ni bastaron para que cesasen los decretos del rey, del 18 de marzo y 20 de agosto de 1775. Vuelto a la provincia el P. Fidel de Santurce, llegó a preocuparse tanto, que perdió la cabeza y cesó en sus funciones de Provincial. Quedó entonces en calidad de Vicario el primer Definidor, P. Isidoro de Fermoselle; pero dos de los Definidores, así como los PP. Ex-Provinciales y algunos Guardianes, pre­ sentaron su protesta al Nuncio; ante esa actitud, el P. Fermoselle se sometió al dictamen del representante del Papa, el cual decretó que el P. Fermoselle estaba en su derecho y debía seguir en el cargo de Vicario provincial (26). 6 . Vamos a exponer con mayor amplitud los hechos a que alude el P. Fermoselle en su memorial, y que directa o indirectamente dieron motivo a tales perturbaciones y descontentos. (24) Ibíd., 4934. (25) Ibíd., 494. (26) Exposición del P. Fermoselle al rey, 18 mayo 1776 (AGS, Gracia y Jus ticia, 644).

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