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HECHOS SALIENTES EN LOS AÑOS 1771 A 1776 167 uniformidad y buena crianza de uno y otro noviciado», según se hacía constar (16). Esa determinación se había convertido al año en gozosa realidad. Sometido antes al examen y aprobación de los superiores de la Orden, éstos mandaron al mismo tiempo (11 de abril de 1774) fuese observado fielmente por todos los religiosos de Castilla. Y un mes después (11 de mayo) el P. Provincial se dirigía a sus súbditos para comunicarles la publicación de dicho Ceremonial y ordenar juntamente la más puntual guarda del mismo (17). Así vio el P. Toledo coronados sus esfuerzos de hacer que en toda la provincia resplandeciese completa uniformidad en todo. Por otra parte, este Ceremonial no era una arbitrariedad; formado «sobre el plan de las costumbres, usos y ceremonias más universales en la provincia, y más conformes a la razón y equidad, innovando en él algunas que ha parecido conveniente, pidiéndolo así el tiempo y las circunstancias», había sido examinado antes con el mayor cuidado por varios religiosos de ciencia y experiencia. Era además sumamente deseado para desterrar la confusión y variedad «que se iba insensiblemente intro duciendo contra la unidad y conformidad que debe resplandecer en una familia religiosa». Por eso el P. Toledo, después de mostrar su alegría y consuelo al hacer la presentación, manda se observe con la mayor fidelidad, sin cavilaciones de lo que en él se contiene, aunque hasta ahora se haya practicado otra cosa. Al componerlo se habían tenido a la vista algunos más, como el del P. Mateo de Anguiano y los que, aun manuscritos, estaban en vigor en los noviciados de Alcalá y Sala manca (18). Aunque lleva el título de Ceremonial, es eso y juntamente verdadero Manual. En él se señalan al pormenor las obligaciones y comportamiento de los religiosos en sus respectivos cargos u oficios, lo que debía practi carse en particular y en los actos de comunidad: modo de hacer la disci plina, comer en tierra, porte en el coro y refectorio, etc. También se especifican las ceremonias que se guardarían en el oficio divino, al cele brar misa, ayudarla, etc., así como las que se tendrían presentes en los principales actos de culto y en las festividades más salientes del año. Finalmente, en él, en sus normas y directrices se recogen, junto con el espíritu y contenido de las ordenaciones dadas a la provincia por el Padre Colindres, otras muchas determinaciones suyas para la mejor mar cha de la misma (19). (16) VA, 483. (17) Carta de aprobación del Definitorio general, 11 abril 1774 (Archivo Ge neral de la Orden, Acta Ordinis, AG-7, p. 15). Ese mismo decreto, en castellano, va en el «prefacio» del Ceremonial, f. 7, al igual que el decreto del P. Provincial, 11 mayo 1774, ff. 4-8. Tiene este título: Ceremonial Seráfico para la instrucción de los Religiosos Capuchinos de esta santa Provincia de la Encarnación de las dos Castillas, I-II, Madrid, 1774; 8 hjs., 331 pp.; 1 hoja, 340 pp. (18) Ibid., «prefacio». (19) Las páginas del Ceremonial respiran veneración y respeto hacia la per sona del P. Colindres y rendido acatamiento a las disposiciones del mismo. Y tanto
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